Estamos en el
vesturaio, y como siempre las chicas van muy rápidas para cambiarse. Yo todavía
estoy aturdida, creo que me he “quedado en la parra” unos cuantos minutos.
Por
fin reacciono y miro a mi alrededor buscan a Luke.
Ahí está, sin camiseta, de
espaldas a mí, se baja los pantalones y yo no puedo dejar de mirarle hasta que
una de las chicas me toca en el hombre y me dice:
- ¡¡¡ Despierta
!!! , tienes que vestirte guapa!!!
- Ups, lo
siento, ayer fuimos a dormir demasiado tarde, estoy un poco dormida… - digo
intentando disimular mientras mis ojos intentan escabullirse en busca del
trasero más sexy del mundo …
Me quito la
camiseta y los zapatos, vuelvo a mirar a Luke, y me quedo totalmente
“hipnotizada” con la visión.
- Por el amor
de Dios. Así no se puede trabajar.
Estoy que muerdo …. – pienso al ver lo sexy,
guapo, divertido, increíblemente potente que está Luke a medio vestir de Duende
juguetón ….
Me doy cuenta
de que soy la ultima otra vez y me levanto de golpe para bajarme los
pantalones. Justo cuando empiezo a bajarlos por mis caderas, Luke pasa por
delante de mí, y asegurándose de que nadie mira, me guiña un ojo y me pone
“morritos” ….
- Jajajajajaja
– se me escapa una carcajada al sentirme la mujer más idiota del mundo
bajándose los pantalones “súper” apretados delante del chico que le gusta…
varios compañeros se giran para mirar qué me pasa … - ésta española está como
una cabra deben pensar….
Y Luke pasa de largo, como sin saber a qué viene mi
risa, o sea, que, trago saliva y procuro vestirme rápido ahora que los demás
han empezado a salir del vestuario.
Las horas de
trabajo pasan relativamente rápido. Mucha gente y ambiente totalmente navideño:
todo lo que buscaba.
Por otro
lado, el “hombre de rojo” o sea “ Santa Claus” sigue obsesionado conmigo. Yo ya
no se qué hacer, cada vez que puede se acerca a mí y me pide que me siente en
sus rodillas. El primer día me tomó el pelo y lo hice, pero hoy, creo que voy a
pedir consejo a las otras chicas, no me gusta para nada montar ese tipo de
numerito.
Yo lo que
quiero es sentarme en las rodillas de Luke,
sentarme encima de él y no dejarle
escapar hasta el día de año nuevo….
Llevo horas
pensando en cómo será nuestra cita.
No hemos hablado de nada desde que hemos
empezado el trabajo.
¿Dónde vamos a ir?¿Qué vamos a hacer? Normalmente me ducho
antes de una cita, pero ahora vamos directamente después del trabajo. No me
siento sucia, pero tampoco limpia, bueno … ya veremos … siento que estoy con la
mente en cualquier parte toda la tarde.
Me cuesta
concentrarme, estoy nerviosa, siento mariposas en el estómago.
Luke está muy
ocupado, entretener y coordinar todas las actividades durante tantas horas no
es fácil para nada. Hay niños muy pesaditos, y hay padres que son aún peor. De
todas maneras y sea como sea, siento los ojos de Luke clavados en mi culo todo
el día …
- Cuando
quieras te dejo tocarlo – pienso …
Por fin llega
la hora de plegar. Miro a las chicas con cara de cansada y me voy la primera a
cambiarme.
- Lo siento
chicas, me voy pitando que estoy cansada y quiero acostarme pronto – digo.
Y sin darles
la oportunidad de preguntarme si quiero que me acompañen a cas, me pongo los
pantalones a “velocidad punta” y la camiseta vuela por encima de mi cabeza.
Record Guiness de vestirse seguro!!. Me levanto y me despido hasta mañana, y me
voy cruzando el hall en dirección a casa, aunque una vez fuera del edificio
cambio el sentido de mis pasos para dirigirme a la otra punta de la calle, en
la esquina dónde he quedado con Luke.
Disimuladamente
me huelo las axilas, el olor es correcto, menos mal. Me tomo un Smint (porque
sin Smint no hay beso) y me pongo a jugar con mi móvil mientras espero que él
llegue.
Mi estómago
está tenso, mi respiración es arrítmica, espero poder calmarme un poco antes de
que llegue y parecer una mujer totalmente cuerda y no una loca para variar.
Ya le veo, mis ojos se abren como platos fuera de mi control …
nadie le sigue por lo que parece. No ha tardado mucho. Él ya me ha visto y
viene sonriendo, con esa sonrisa tan encantadora. Levanta un poco su brazo
(precioso, musculoso y bronceado, como sabéis) y se toca el pelo, como quién se
peina, pero al final se despeina …
- ¡ Qué arte
tiene mi niño! – pienso. Y por fin llega hasta mí. Por fin estaremos solos.
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