martes, 28 de enero de 2014

CAPITULO 28: SABOR ESPAÑOL


Silvia y Luke están en el piso. Todo va bien, se sienten en la gloria desnudos tumbados en la cama, jugando y riendo, disfrutando de su compañía..., pero ya son las 11, tienen hambre y además, es Navidad: Silvia tiene que llamar a la familia y no se ha traído el ordenador. Por lo que parece Luke tiene un portátil, pero está estropeado o algo así, dice que no funciona,  y le dice que mejor usen el de ella más tarde en su piso.


Se visten sin más dilación, también deberían pasar por un bar y comprar algo de comer. No queda nada decente, y los supermercados están cerrados hoy.
La noche ha sido extraña, la mañana ha sido mágica, y ahora falta ver como se presenta la tarde: Su primera tarde como pareja oficialmente.

Silvia decide ir para casa para poder hacer las video-llamadas que tantas ganas tiene de hacer mientras envía a Luke a comprar unos bocadillos calientes cerca de allí. Sube las escaleras y entra en su piso.
Sus compañeras no están, pero le han dejado una nota:

“ Querida Silvia,
Feliz Navidad! Esperamos que estés bien. 
No sabemos nada de ti desde hace días. 
Necesitamos hablar contigo, es importante.
Besos.
PD. Tienes un regalito en la cocina.”

- De qué será que quieren hablar las chicas? - piensa Silvia mientras camina hacia la cocina.

Al entrar ve un gran paquete. Es una cesta de Navidad en toda regla llena de vinos y embutidos españoles embalados con papel de celofán. Hay una tarjeta dentro:
 “ Para nuestra preciosa hija Silvia, te deseamos que pases unas
 felices fiestas junto a tus nuevos amigos allí al otro lado del charco. 
Te echamos mucho de menos, pero sabemos que estás 
luchando por tu futuro y estamos muy orgullosos de ti. 
Nos gustaría estar contigo. Muchos besos de toda la familia. 
Te queremos: Mama y Papa”.

Silvia empieza a llorar. Echa mucho de menos a su familia. Le ha entrado una morriña terrible … buaaaaaa, las lágrimas corren por sus mejillas rápidamente deslizándose a una velocidad vertiginosa. Los mocos empiezan a crearse en su nariz, su cara se enrojece, necesita llorar mucho.

Entonces suena el timbre de la puerta. Es Luke, por supuesto con la comida.
Abre la puerta intentando recoger aquel portento de lágrimas que ya se están derramando por el suelo golpeando como grandes gotas de lluvia. Al abrir la puerta Luke abre los ojos y su expresión cambia:
- ¿Qué te pasa? – pregunta él.
Silvia le abraza y llora como una madalena.
- Echo de menos a mi familia, la echo de menos mucho!!!
- Cariño …
Luke abraza fuerte a Silvia. Le da penita verla triste, está claro, y todo sea dicho, él también tiene morriña de su familia, aunque no lo demuestre.
- Venga, límpiate la cara y vamos a llamar a tus padres. Que no te vean triste – dice Luke.
- ¿ Qué has traído de comer? – dice Silvia de repente detectando algo que huele muy bien y levantando la cabeza del pecho de Luke.
- Tienes hambre eh? – dice Luke con una sonrisa pícara – pues no me extraña, hemos hecho mucho ejercicio esta mañana – He traído comida china, si quieres comemos y llamas después.

Ok, no es lo que más le apetecería comer un día de Navidad pero claro, es lo que hay.
Silvia coge la bolsa, saca las cajitas de embalaje, busca platos y cubiertos en la cocina y empieza a abrir su regalo de Navidad. Le da una botella de vino a Luke para que la abra.
- Vamos a celebrar nuestro primer día como “novios” y la “navidad”- tenemos muchas provisiones.
- Jajaja – ríe Luke – pues por mí, encantado….

Empiezan a comer, más bien a devorar la comida. A Silvia empieza a pasársele la llorera en cuanto su estómago se empieza a llenar. El vino está buenísimo, también corta unas lonchas de queso manchego que, aunque no pegan para nada con los tallarines con gambas, le sientan de muerte.
- Mmmmmmmmm  que bueno está – dice Silvia con cara de placer.
- Mmmmm – Luke la mira con esa cara de fiera que ella ya conoce bien.
- Grrrrr , ¿quieres jamón del bueno? – le pegunta Silvia.
- Eso no se pregunta.
Luke se levanta, recoge las cosas de la mesa y se las lleva a la cocina. Silvia le mira sin entender lo que está haciendo.
- No he terminado de comer!  - dice ella.
- Pues entonces ven aquí, que te voy a dar salami!!! – responde Luke
- Jajajajaja – Silvia se ríe pensando en la pareja de los “cuquis” de la serie española “la que se avecina”.
- Dame Salami Vividor follador!!! – responde Silvia.


Luke se acerca a ella y la pone en pie cogiéndola por debajo de las axilas. Le arranca la camiseta y la abraza. Ella le quita la camiseta a él mientras termina de masticar el queso que todavía tiene en la boca.
Se besan intensamente. Los dos están en tejanos y el la aprieta contra su cuerpo para sentir bien cada parte de su escultural figura. Silvia está excitada de nuevo:
- Vaya día, esto es un “no parar" - piensa.
Luke le abre los pantalones y se los baja de un solo tirón. La coge en brazos y la hace sentarse encima de la mesa.

Ella le mira: está frente a ella con ese vientre perfecto y sensual diciéndole a gritos “ cómeme”. 
Por el borde del tejano ya asoma la cabeza de ese miembro viril que tanto placer le da, y Silvia decide que va a comer salami, ahora mismo, se va a comer un salami entero.
Silvia le abre los pantalones a Luke que sigue de pie frente a ella. Ella se tumba encima de la mesa boca abajo para poder acceder mejor al pene de él.
Se lo introduce lentamente en la boca y empieza a succionarlo con ganas. 
Luke se sujeta a la silla para no caer, Silvia le está haciendo volver loco con su felación al estilo “embutido”. Ella le chupa y le lame casi como si se lo fuera a comer de verdad, de vez en cuando le mordisquea para hacerle sufrir un poquito.
Cuando Luke está a punto de correrse se aparta. 
Hace que Silvia se tumbe boca arriba y busca una copa de vino. Le da un trago sujetándole la cabeza para que no se le derrame. Luego ella se tumba de nuevo y él la rocía con vino tinto: empieza por el canalillo, el vino empieza a recorrer su cuerpo bajando hasta el ombligo. Luke empieza a lamer ese delicioso vino directamente del cuerpo de Silvia. Cuando se lo ha bebido derrama un poco más, muy poco, encima de los pezones de ella. Luego los sorbe, con delicadeza y con un mordisquito final como si fuera a comerse una aceituna española pinchada en un palillo. Después Luke le quita las bragas y se queda mirando su cuerpo.
- No se si comerte la almeja o darte salami de Nueva Zelanda.
- Jaajajaja- se ríe Silvia – hazme lo que tu quieras.
Luke la mira misteriosamente mientras le abre las piernas. Chupa de su cálida entrepierna la carne y los jugos deliciosos de Silvia, y luego derrama otro poco de vino sobre su pubis. El vino cae hacia abajo provocando a Silvia una sensación muy extraña en su clítoris. Está frío, pero la calienta, mmmm, que sensación tan rara.
Luke se está poniendo un condón:
- Me encanta el lomo embuchado – dice Silvia.
Luke la mira como pensando: “¿que dice?”.
- Don’t worry, just give me what I need – dice ella dándose cuenta que Luke no tiene ni idea de lo que es el lomo embuchado.

Luke se mete dentro de ella, y empieza a darle caña. La mesa se mueve de un lado al otro a su ritmo crujiendo como una maldita piña seca. El vaivén se oye a través de las paredes de todo el edificio, y aunque se dan cuenta de que no va a pasar desapercibido su acto de amor en la vecindad, también suponen que nadie ha pasado el día de Navidad en el edificio de estudiantes….
Luke la sujeta por la cintura, Silvia tumbada encima de la mesa, pone sus piernas encima de los hombros de Luke; siguen moviéndose intensamente, y al cabo de unos minutos de sacudir fuetemente el cuerpo de Silvia, Luke clava sus dedos en las caderas de ella, apretando esos jamones de pata negra mientras su cabeza se va hacia atrás.
Silvia se muerde el labio superior disfrutando de la visión de la cara de su novio llegando al clímax!!! Ella está a punto también, pero esta vez no llega, él está temblando ya, y ella, sonríe al ver su cara de satisfacción aunque no se haya llevado esta vez el premio final del acto.
- Perdón, no he podido más - dice Luke.
- No pasa nada. Luego me toca a mí!- responde Silvia.

Se quedan unos instantes recuperando el aliento y después se levantan para vestirse. La comida ha quedado fría, y ahora igualmente ya no tienen hambre. Silvia se limpia el vino que ha quedado en su cuerpo y se pone una camiseta con pantaloncito. Seguidamente coge el portátil y se prepara para entrar en conexión con la familia después de comprobar que el horario en España es el adechado.

Empieza la video llamada y Luke desaparece. Recoge la cocina y luego se mete en la ducha. Silvia está emocionada por hablar con sus padres, su abuela, su tía sus primos, todos están ahí y todos parecen muy alegres de verla. Les cuenta su experiencia en el centro comercial, lo que se puede contar claro, y les envía unas fotos con el uniforme de duende.
Luego les cuenta que tiene novio. Que está muy feliz, pero que ahora no se puede poner porque ha ido a comprar para la cena o algo así. Le gustaría presentarles a Luke, pero es demasiado pronto, además, por lo que parece a Luke, esto de la familia no le apetece demasiado, sino no habría desaparecido tan oportunamente.

Cuando termina la llamada Silvia se queda tumbada en el sofá. Silvia está vestida pero Luke sale del baño medio desnudo y cuando le ve sin camiseta ... Silvia tiene ganas de sexo de nuevo …. ¿Joder, será el vino o el amor? – piensa – estoy súper cachonda. Los dos se miran sonriéndose, parece que Luke le ha leído el pensamiento y levanta su mano para que ella venga con él al dormitorio… 

En el momento en el que Silvia está levantándose del sofá oyen la puerta del piso abrirse. Resuenan por el pasillo las voces de varias chicas entrando y el roce de cartones o paquetes contra las paredes indica que vienen cargadas con bolsas.
Silvia y Luke corren para esconderse en su habitación, pero claro, es un piso pequeño y las chicas les han visto.
- Hola Silvia!! – dice una de ellas.
- Hola!! – ahora salgo chicas, un momento!
Luke y ella se miran un poco preocupados, en teoría no está permitido traer chicos a casa sin acordarlo antes con las compañeras...




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