lunes, 14 de abril de 2014

CAPITULO 34: UNIFORMES Y MAZMORRAS

Silvia va camino de la comisaria en el coche policial. Está caliente y con ganas de ver a Luke, abrazarle y darle mucho mucho cariño, pero también tiene ganas de volver a ver al teniente Smith.
Al llegar a comisaria corre hacia el pasillo en busca de Luke. Él está durmiendo en la cama.
- Luke, despierta – dice Silvia.
- Ahhhh – murmura Luke – Hola!
- Han detenido al vigilante!!!!
- ¿Qué?, ¿de verdad? No puedo creerlo! ¿Cómo ha sido?
- Pues me han hecho ir a la cita con el bolso preparado mientras ellos vigilaban y cuando hemos hecho el intercambio han actuado muy rápidamente y se lo han llevado detenido por chantaje.
- Woooouuuu!! – grita Luke sonriente y feliz.
- Y sabes qué mi amor …. Tengo muchas ganas de celebrarlo contigo…. Estoy a la espera de que es teniente Smith me de permiso para dormir contigo esta noche?
- ¿Nos vamos a casa? – pregunta Luke.
- NO, todavía no te pueden dejar salir, aun tienen cargos contra ti por allanamiento e intento de hurto, pero…. Yo creo que todo irá bien.
- Eres increíble! Ven aquí!  - dice Luke acercándose a Silvia.

No pueden besarse, tampoco se pueden tocar, pero …
- Espero que esta noche duermas conmigo, tengo ganas de hacerte…

Silvia se gira, acaba de llegar el teniente Smith y reconoce su voz al fondo del pasillo. Silvia le pide a Luke que espere un momento;
- Voy a hablar un momento con el teniente… me gustaría darle las gracias como se merece.
- Ok, no me voy a ningún sitio…. Aquí te espero – dice Luke sin tener ni idea de lo que Silvia trama.

Ella se va a hablar con él. Ya es de noche, la comisaria está casi vacía…
- Muchísimas gracias teniente!
- No hay problema – responde él.
- ¿Cree que me puede dejar dormir con Luke esta noche?
- Creo que sí, pero primero deberías pasar por mi despacho, me gustaría comentar algo contigo.

Caminan en silencio hacia el despacho del teniente Smith.
Silvia no sabe que va a pasar ahora pero siente que cada vez hay más atracción entre ellos. Cuando él la mira o le habla Silvia se enciende por dentro. Le gustaría tocarle y tener sexo con él, le encantaría darle las gracias por su actuación y su profesionalidad de una manera especial. Le gustaría pagar en especias el gran favor que les ha hecho…..

Silvia camina imaginando lo que podría hacer con él.
El teniente Smith la hace pasar y cierra la puerta.
- Eres una chica increíble Silvia – dice él – has sido realmente valiente y has actuado como una profesional.
- Gracias – dice ella sonrojándose y sintiendo como su corazón empieza a latir rápidamente.
- ¿Puedo? – pregunta él acercando sus manos al pecho de Silvia.
- Claro – responde ella mirándole a los ojos mientras se apoya contra la puerta con las manos a los lados de sus caderas.
El teniente Smith empieza a abrir los botones de la blusa de Silvia, lo hace lentamente mientras acerca su cuerpo al de ella.
Su mano roza la piel caliente de Silvia, y al contacto con él se le pone la piel de gallina.
El teniente empieza a desmontar el micrófono. Toca lo justo y necesario, no hay ninguna tentativa de meterle mano, pero los pezones de ella ya se han erguido. Él tira del cable, lo enrolla sin separarse de ella, y dice:
- Ya está.
- Yo creo que no está – responde Silvia cogiendo la mano de él y poniéndola encima de su pecho… mi corazón está latiendo muy rápido …
- Será por la tensión y los nervios – dice él sonriendo.
- Yo creo que es otra cosa – dice Silvia apretando la mano de él sobre su pecho para que masajee su teta y bajando su otra mano hacia el paquete de él.
- Silvia creo que no deberíamos…. – dice él.
- Espero no tener que volver por aquí en mucho tiempo; Así que es ahora o nunca – dice ella.
- ¿ Qué quieres de mi Silvia?
- Cachéeme.

El teniente Smith lo tiene claro, cierra la puerta con llave y coge a Silvia por los brazos obligándola a darse la vuelta, empotrándola contra la puerta y poniéndole las esposas como si estuviera detenida.
- ¿Te gusta jugar a los policías? – dice él.
- Mmmmm, me encanta – responde ella.

El teniente Smith empieza a tocar a Silvia lentamente. Primero aparta su pelo hacia un lado y se acerca para olerla. Sus manos rodean sus hombros, y poco a poco va bajando por el pecho. Le aprieta los dos pechos a la vez dando un suave pero intenso masaje. Luego continua bajando hacia la cintura apretando bien en cada curva del cuerpo de Silvia, luego sus manos se acercan a su ombligo y bajan hacia su pubis. Ella está muy mojada ya, los uniformes, el juego, y las manos esposadas la están poniendo más cachonda de lo que nunca habría esperado…
El teniente pone su mano en la parte interior del pubis de Silvia y aprieta fuerte…. Tres veces dando un masaje ligeramente circular. Luego baja por sus piernas, primero una y luego la otra, por la parte frontal. Luego sube desde los tobillos por la parte posterior hasta su trasero y lo aprieta bien, primero con sus manos y luego con su cuerpo clavándole su paquete y su porra (la que tiene entre las piernas).

Silvia quiere sexo y él también.
- ¿Puedes ser el policía malo conmigo? He sido mala….
- Claro dice él sacándose la porra negra del soporte de su cinturón y poniéndolo entre las piernas de ella.
Silvia se deja hacer, tiene curiosidad por ver y sentir lo que ese hombre maduro tiene en mente. El teniente le quita los pantalones bruscamente y empieza a usar la porra para excitarla y dominarla, le da un ligero masaje en la vulva con ella. Silvia suspira cada vez más mojada, su vulva palpitando por ser penetrada.
El teniente usa la porra para subir su blusa, ella está indefensa y le gusta esta sensación.

El teniente le quita las bragas, mete sus dedos dentro de la vagina de Silvia con cuidado.
- Tengo que controlar también, este es un cacheo profesional.
- De acuerdo dice ella todavía con las manos esposadas.

El teniente le da la vuelta y le toca el pecho con una mano mientras acaricia su clítoris con la otra. Silvia no puede hacer nada pero se muere de ganas de follar. Él lo ve en sus ojos y en sus labios encendidos; saca su pene abriendo sus pantalones con una mano mientras sigue masajeando con la otra. Mientras se pone un condón coloca su porra en medio de las piernas de Silvia y con ligeros golpecitos le obliga a separarlas bien. Luego deja la porra otra vez en su cinturón y levanta a Silvia por la cintura para poderla penetrar.

Silvia no le besa, lo que quiere es sexo puro y duro, ese uniforme y esa actitud de hombre maduro y poderoso son lo que le atrae de él. Rodea la cintura del teniente con sus piernas todavía incómodamente con sus manos en la espalda y el teniente mete su pene en ella. Primero suavemente para no hacerle daño, y una vez dentro la embiste con ganas sujetándola por la cintura con un brazo y tirándola del pelo hacia arriba con la otra.

Silvia está como loca, le encanta… Follan así durante unos minutos mirándose y luego él la baja para ponerla, casi arrastrándola por la habitación, encima de la mesa con la cara encima de los papeles.
La embiste por detrás, le da una y otra vez mientras masajea su clítoris. Las piernas de Silvia están temblando y está a punto de correrse. Él lo nota, el interior de ella está cada vez más tenso y su pene cada vez más duro. Se van a correr… un par de embestidas más, boom, boom mientras vuelve a cogerla por el pelo tirando su cabeza hacia atrás hasta levantarla de la mesa más de un palmo y entonces, ahahahahahaha, los dos se corren.

Se quedan quietos unos segundos recuperando la respiración y el teniente se separa de ella.

- Esto que ha pasado no puede salir de aquí, me has entendido.
- Sí, entendido – responde Silvia mientras intenta hacerle ver que no puede vestirse si no le quita las esposas.
- A mi tampoco me conviene que Luke se entere, así que será un secreto, un secreto entre policía y confidente.
- OK, si hablas te encerraré en un calabozo con chicas malas de verdad.
- No se preocupe, no diré nada.
El teniente se acerca a ella una vez se ha cerrado el pantalón. Le da la vuelta otra vez para quitarle las esposas y aprovecha para darle una palmadita en el culo.
- Ha sido fantástico – dice él.

- Pues sí, gracias por todo otra vez, ya me siento mucho mejor….


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