Silvia va
camino de la comisaria en el coche policial. Está caliente y con ganas de ver a
Luke, abrazarle y darle mucho mucho cariño, pero también tiene ganas de volver
a ver al teniente Smith.
Al llegar a
comisaria corre hacia el pasillo en busca de Luke. Él está durmiendo en la
cama.
- Ahhhh –
murmura Luke – Hola!
- Han
detenido al vigilante!!!!
- ¿Qué?, ¿de
verdad? No puedo creerlo! ¿Cómo ha sido?
- Pues me han
hecho ir a la cita con el bolso preparado mientras ellos vigilaban y cuando
hemos hecho el intercambio han actuado muy rápidamente y se lo han llevado
detenido por chantaje.
- Woooouuuu!!
– grita Luke sonriente y feliz.
- Y sabes qué
mi amor …. Tengo muchas ganas de celebrarlo contigo…. Estoy a la espera de que
es teniente Smith me de permiso para dormir contigo esta noche?
- ¿Nos vamos
a casa? – pregunta Luke.
- NO, todavía
no te pueden dejar salir, aun tienen cargos contra ti por allanamiento e
intento de hurto, pero…. Yo creo que todo irá bien.
- Eres
increíble! Ven aquí! - dice Luke
acercándose a Silvia.
No pueden
besarse, tampoco se pueden tocar, pero …
- Espero que
esta noche duermas conmigo, tengo ganas de hacerte…
Silvia se
gira, acaba de llegar el teniente Smith y reconoce su voz al fondo del pasillo.
Silvia le pide a Luke que espere un momento;
- Voy a
hablar un momento con el teniente… me gustaría darle las gracias como se
merece.
- Ok, no me
voy a ningún sitio…. Aquí te espero – dice Luke sin tener ni idea de lo que
Silvia trama.
Ella se va a
hablar con él. Ya es de noche, la comisaria está casi vacía…
- Muchísimas
gracias teniente!
- No hay
problema – responde él.
- ¿Cree que
me puede dejar dormir con Luke esta noche?
- Creo que
sí, pero primero deberías pasar por mi despacho, me gustaría comentar algo
contigo.
Caminan en
silencio hacia el despacho del teniente Smith.
Silvia no
sabe que va a pasar ahora pero siente que cada vez hay más atracción entre
ellos. Cuando él la mira o le habla Silvia se enciende por dentro. Le gustaría
tocarle y tener sexo con él, le encantaría darle las gracias por su actuación y
su profesionalidad de una manera especial. Le gustaría pagar en especias el
gran favor que les ha hecho…..
Silvia camina
imaginando lo que podría hacer con él.
El teniente
Smith la hace pasar y cierra la puerta.
- Eres una
chica increíble Silvia – dice él – has sido realmente valiente y has actuado
como una profesional.
- Gracias –
dice ella sonrojándose y sintiendo como su corazón empieza a latir rápidamente.
- ¿Puedo? –
pregunta él acercando sus manos al pecho de Silvia.
- Claro –
responde ella mirándole a los ojos mientras se apoya contra la puerta con las
manos a los lados de sus caderas.
El teniente
Smith empieza a abrir los botones de la blusa de Silvia, lo hace lentamente
mientras acerca su cuerpo al de ella.
Su mano roza
la piel caliente de Silvia, y al contacto con él se le pone la piel de gallina.
El teniente
empieza a desmontar el micrófono. Toca lo justo y necesario, no hay ninguna
tentativa de meterle mano, pero los pezones de ella ya se han erguido. Él tira
del cable, lo enrolla sin separarse de ella, y dice:
- Ya está.
- Yo creo que
no está – responde Silvia cogiendo la mano de él y poniéndola encima de su
pecho… mi corazón está latiendo muy rápido …
- Será por la
tensión y los nervios – dice él sonriendo.
- Yo creo que
es otra cosa – dice Silvia apretando la mano de él sobre su pecho para que
masajee su teta y bajando su otra mano hacia el paquete de él.
- Silvia creo
que no deberíamos…. – dice él.
- Espero no
tener que volver por aquí en mucho tiempo; Así que es ahora o nunca – dice
ella.
- ¿ Qué
quieres de mi Silvia?
- Cachéeme.
El teniente
Smith lo tiene claro, cierra la puerta con llave y coge a Silvia por los brazos
obligándola a darse la vuelta, empotrándola contra la puerta y poniéndole las
esposas como si estuviera detenida.
- ¿Te gusta
jugar a los policías? – dice él.
- Mmmmm, me
encanta – responde ella.
El teniente
Smith empieza a tocar a Silvia lentamente. Primero aparta su pelo hacia un lado
y se acerca para olerla. Sus manos rodean sus hombros, y poco a poco va bajando
por el pecho. Le aprieta los dos pechos a la vez dando un suave pero intenso
masaje. Luego continua bajando hacia la cintura apretando bien en cada curva
del cuerpo de Silvia, luego sus manos se acercan a su ombligo y bajan hacia su
pubis. Ella está muy mojada ya, los uniformes, el juego, y las manos esposadas
la están poniendo más cachonda de lo que nunca habría esperado…
El teniente
pone su mano en la parte interior del pubis de Silvia y aprieta fuerte…. Tres
veces dando un masaje ligeramente circular. Luego baja por sus piernas, primero
una y luego la otra, por la parte frontal. Luego sube desde los tobillos por la
parte posterior hasta su trasero y lo aprieta bien, primero con sus manos y
luego con su cuerpo clavándole su paquete y su porra (la que tiene entre las
piernas).
Silvia quiere
sexo y él también.
- ¿Puedes ser
el policía malo conmigo? He sido mala….
- Claro dice
él sacándose la porra negra del soporte de su cinturón y poniéndolo entre las
piernas de ella.
Silvia se
deja hacer, tiene curiosidad por ver y sentir lo que ese hombre maduro tiene en
mente. El teniente le quita los pantalones bruscamente y empieza a
usar la porra para excitarla y dominarla, le da un ligero masaje en la vulva
con ella. Silvia suspira cada vez más mojada, su vulva palpitando por ser
penetrada.
El teniente
usa la porra para subir su blusa, ella está indefensa y le gusta esta
sensación.
El teniente
le quita las bragas, mete sus dedos dentro de la vagina de Silvia con cuidado.
- Tengo que
controlar también, este es un cacheo profesional.
- De acuerdo
dice ella todavía con las manos esposadas.
El teniente
le da la vuelta y le toca el pecho con una mano mientras acaricia su clítoris
con la otra. Silvia no puede hacer nada pero se muere de ganas de follar. Él lo
ve en sus ojos y en sus labios encendidos; saca su pene abriendo sus pantalones
con una mano mientras sigue masajeando con la otra. Mientras se pone un condón
coloca su porra en medio de las piernas de Silvia y con ligeros golpecitos le
obliga a separarlas bien. Luego deja la porra otra vez en su cinturón y levanta
a Silvia por la cintura para poderla penetrar.
Silvia no le
besa, lo que quiere es sexo puro y duro, ese uniforme y esa actitud de hombre
maduro y poderoso son lo que le atrae de él. Rodea la cintura del teniente con
sus piernas todavía incómodamente con sus manos en la espalda y el teniente
mete su pene en ella. Primero suavemente para no hacerle daño, y una vez dentro
la embiste con ganas sujetándola por la cintura con un brazo y tirándola del
pelo hacia arriba con la otra.
Silvia está
como loca, le encanta… Follan así durante unos minutos mirándose y luego él la baja para
ponerla, casi arrastrándola por la habitación, encima de la mesa con la cara
encima de los papeles.
La embiste
por detrás, le da una y otra vez mientras masajea su clítoris. Las piernas de
Silvia están temblando y está a punto de correrse. Él lo nota, el interior de
ella está cada vez más tenso y su pene cada vez más duro. Se van a correr… un
par de embestidas más, boom, boom mientras vuelve a cogerla por el pelo tirando
su cabeza hacia atrás hasta levantarla de la mesa más de un palmo y entonces,
ahahahahahaha, los dos se corren.
Se quedan
quietos unos segundos recuperando la respiración y el teniente se separa de
ella.
- Esto que ha
pasado no puede salir de aquí, me has entendido.
- Sí,
entendido – responde Silvia mientras intenta hacerle ver que no puede vestirse
si no le quita las esposas.
- A mi
tampoco me conviene que Luke se entere, así que será un secreto, un secreto
entre policía y confidente.
- OK, si
hablas te encerraré en un calabozo con chicas malas de verdad.
- No se
preocupe, no diré nada.
El teniente
se acerca a ella una vez se ha cerrado el pantalón. Le da la vuelta otra vez
para quitarle las esposas y aprovecha para darle una palmadita en el culo.
- Ha sido
fantástico – dice él.
- Pues sí,
gracias por todo otra vez, ya me siento mucho mejor….
No hay comentarios:
Publicar un comentario