Silvia sale
del despacho del teniente con una sonrisa en su cara pero al mismo tiempo sintiéndose
un tanto avergonzada por lo que acaba de hacer.
- ¿Cómo es
posible que se me vaya tanto la olla? Estoy loca perdida…. – se dice a sí misma
sintiendo aún temblor en sus piernas…
Camina hacia
la celda de Luke para comentarle que tiene permiso de quedarse a dormir pero
que va a ir primero a casa a ducharse y cambiarse porque tienen que estar
presentable mañana por la mañana cuando vaya a ver al Sr. McCarthy en las
oficinas de la empresa.
Luke está
tranquilo, no se le ocurre ni por un momento pensar que su novia acaba de pegar
un polvo con el teniente Smith….
Silvia sale
de la comisaría y se va a casa a preparar la ropa para el día siguiente. Tiene
que pensar en lo que va a decir pero se le hace muy difícil concentrarse.
Mientras se ducha los recuerdos del sexo con Luke, de las amenazas del
vigilante, de la atracción por el teniente y el sexo con él, y el miedo pasado
esa tarde se convierten en un torbellino de emociones en su cabeza que le
provocan una ataque de “llorera”…
- Mi novio en
la cárcel y yo follando, no tengo vergüenza…. Pero por otro lado, le he salvado
y mañana seré yo la que tendrá que negociar con RRHH acerca de la anulación de
los cargos… He arriesgado mi cuello enfrente a ese desgraciado, necesitaba
descargarme y ha sido una buena manera hacerlo – piensa mientras termina
de enjabonarse y limpiarse las lágrimas con abundante agua.
Sale de la
ducha, se viste con ropa cómoda y lencería fina debajo. Prepara una bolsa con
una blusa, una falda, zapatos de vestir, maquillaje, todo lo que se le ocurre
que mañana podría necesitar.
Se pone en
camino, fresca y serena en dirección a la comisaría. Para en un restaurante
japonés para comprar una caja con sushis para cenar con Luke.
Cuando llega
a comisaría Luke la espera sonriente como siempre. Se ha duchado y le han dado
ropa limpia, uniforme naranja de preso, pecho medio abierto …. le sienta muy
bien… De nuevo Silvia se siente como una “fetichista” por pensar que ese
uniforme también es de su agrado y ya empieza a provocarle cierto cosquilleo
allí de dónde se oculta su propio sushi.
El guarda
está informado, el teniente Smith se ha marchado dando orden de acceso a Silvia
para dormir ahí. La puerta se abre y Silvia entra en la celda. Un golpe con
sonido de acero compacto suena tras de sí y siente como su piel se eriza en el
momento en que se siente encerrada entre esas paredes y los barrotes
infranqueables de la celda.
Se asusta,
está empezando a hiperventilar, peor entonces Luke se acerca y la abraza,
fuerte, muy fuerte, oliendo su pelo y besándola en los labios apasionadamente.
A Silvia se
le pasa el miedo y empieza a sentir ganas de devorar lo que tiene en frente, no
el sushi, pero el macho de pecho escultural y piel caliente que tiene la rodea
con sus brazos.
El beso se
alarga y se vuelve más y más apasionado mientras el vigilante cierra la otra puerta de
seguridad tras él dejándoles solos.
Silvia mete
sus manos dentro del uniforme abierto de Luke, le acaricia el pecho
suavemente recordando así cada curva de sus músculos, pero acaba clavándole las uñas cuando siente cómo la aprieta contra él clavándole su gran pene erecto en el pubis.
Se besan
metiéndose las lenguas con ganas hasta el fondo de sus bocas. Sus lenguas
enroscándose como serpientes peleando por una presa se persiguen durante unos
minutos. Luego Luke se mueve y le muerde el cuello a Silvia mientras le abre los
pantalones para desnudarla. Ella le abre el peto naranja hasta el final de la
cremallera para hacérselo bajar un poquito por debajo de la cintura y liberar
el pene dispuesto y potente de Luke.
Silvia tiene
ganas de chupar el miembro de Luke y se arrodilla frente a él haciendo que se
apoye contra los barrotes de la celda. Silvia empieza a chuparle, intensamente,
con ganas, masajeándole con la mano al mismo tiempo. Luke se muerde los labios
emitiendo sonidos de placer, gimiendo y sujetándose a los barrotes mientras
ella le practica sexo oral.
Siliva sigue
hasta el final, no quiere que se quede a medias después de que ella se ha
tirado al teniente hace un par de horas.
Luke se
vuelve loco y se corre en la boca de Silvia. Ella le sujeta bien mientras todavía
siente los espasmos, y luego se limpia en el grifo de la celda.
- Wow,
Silvia, me has dejado como nuevo... necesitaba algo así para descargar la tensión….
- Lo se,
cariño, se lo que se siente cuando necesitas descargar…. Ahora si quieres podemos cenar. He traído
sushi.
- Ok, me
encanta el sushi….
- A mi me
encanta estar aquí encerrada contigo, hoy no te me puedes escapar e ir a hacer el criminal….
Silvia
termina de desnudarse y se tumba en la cama llevándose la caja de sushi consigo….
- Aquí
tienes, puedes comer lo que quieras – dice ella provocando una nueva erección
en Luke.
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