miércoles, 11 de junio de 2014

CAPITULO 6: NO ME LO PUEDO CREER

Al poco rato James despertó despacio, consciente que tenía en sus brazos a esa mujer con la que soñaba, sin que ella lo supiera, desde hacía semanas, desde que la vio por primera vez en esa discoteca. Sintiendo su respiración, notando su perfume y el olor del sexo compartido, no se atrevía ni a moverse para no perturbar su descanso. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no acariciar de nuevo su pelo, besar sus labios, tocar su pecho, que subía y bajaba lentamente al ritmo de su respiración.

Teniéndola allí, tan cerca, como indefensa en sus brazos, tan pequeña, parecía tan frágil……. Pero ¿realmente era frágil? NO, rotundamente no, era una mujer enormemente apasionada, muy fuerte, gozaba como pocas mujeres saben gozar del sexo, disfrutando dando y recibiendo placer hasta caer rendida, desfallecida….. ohhhhhh, qué mujer….

Entonces rememoró lo sucedido desde que la divisó entre la multitud por primera vez hacía ya varias semanas. En cuanto la vio, quedó totalmente impresionado. Estaba con sus amigas, riendo y bromeando, desenfadada, alegre, pasándolo muy bien. Se fijó en ella por su pelo, castaño claro, muy rizado a lo afro. Iba vestida de negro, fina y elegante, marcando discretamente sus curvas, bailando de forma muy sensual, pero ella parecía no darse cuenta de ello.

Se acercó un poco más a ella, disimuladamente, quería verla más de cerca, pero cuando vio sus ojos, pensó que realmente tenía algo muy especial: unos preciosos y muy grandes ojos verdes. Iba apenas maquillada, muy discretamente, resaltando con una fina línea verde el contorno de sus ojos y sólo un suave brillo en los labios sensuales y bien perfilados.

No le hacía ninguna falta más maquillaje. Era una mulata de piel clara pero bronceada, y estaba realmente encantadora, sexy, su edad pensó que oscilaría entre los 38 o 40 años. Siguió mirándola pero sin que ella se diera cuenta, observándola, viendo cómo bailaba sin fatigarse, mientras sus amigas se iban retirando una a una y finalmente ella quedó sola.

Su comportamiento cambió radicalmente, aunque seguía bailando, sintiendo la música. No miraba a nadie en concreto, se limitaba a acompasar sus movimientos al ritmo de la música. Ya no reía, estaba más bien seria, como si pusiera inconscientemente una pantalla protectora entre ella y el resto de la gente, especialmente del género masculino, que la rodeaba. Pensó en acercarse a ella y hablarle.

Pero en aquel momento ella dirigió una fría mirada con sus ojos verdes a un par de pesados que estaban haciendo el tonto a su lado para ver si llamaban su atención y su mirada les dejó completamente desarmados, por un momento pareció que era fría, distante y altanera, su belleza realmente exótica imponía, y él, que no era precisamente tímido, se quedó mirándola desde lejos, observándola pero sin acercarse a ella. De ninguna manera quería importunarla y recibir esa mirada fría por parte de ella…..

James tenía muchas amigas en esa discoteca y la verdad es que si hubiera querido hubiera podido tener relaciones con alguna de ellas, pero ninguna le gustaba lo suficiente. En aquel momento vinieron a buscarle para bailar con él y él se dejó llevar, riendo y divirtiéndose como siempre, bailando todo el tiempo sin cansarse y sacando a las chicas que se turnaban para bailar con él. Pero seguía mirándola desde lejos, casi como hipnotizado.

Así pasaron varias semanas, ella nunca fallaba, siempre los jueves, venía temprano, con sus amigas, y siempre era la última en irse, bailando sin cansarse nunca, tomando sólo una copa, no comiendo nada de lo que los camareros servían en bandejas, no la veía salir a fumar, y cambiando totalmente su comportamiento cuando estaba con sus amigas o cuando estaba ella sola…….

Hasta aquella noche en que, por fortuna, se presentó la ocasión y él la aprovechó. La había estado observando toda la noche, como desde hacía semanas, y un par de veces pensó que ella también le miraba. ¿Era cierto o se lo había imaginado?, tal era su deseo de que ella le mirara…. Realmente casi tenía “miedo” a ofrecerle su “ayuda”, pues ella se había bastado y sobrado para poner a aquel pelmazo en su lugar, de un plumazo y con elegancia, sin ponerle en evidencia, dirigiéndole aquella mirada glacial con esos hermosos ojos verdes.

Pero ¿y si ella le daba un corte y lo dejaba en ridículo? ¿y si le dirigía también a él aquella fría mirada? Bueno, ¡pues mala suerte!, pero si no lo probaba, nunca sabría el resultado, así que finalmente se armó de valor y ……. Afortunadamente ella aceptó, con una sonrisa radiante,  sus dos besos como si ya se conocieran y su complicidad bailando juntos…… su mirada no fue para nada fría, al contrario, sus ojos brillaban al mirarle, con una mirada serena y profunda que le quitaba el aliento  y seguía sonriéndole, con esa sonrisa tan radiante, que le cortó la respiración, no podía creerlo……. 

Parecía como si le hubiera estado esperando ….. pero eso no era posible, eran imaginaciones suyas, seguro, pero …….

Intentó disimular lo que pudo, no era un adolescente tímido, pero estaba muy lejos de sentirse tan seguro de sí mismo como normalmente se sentía. Después, sorprendentemente, los acontecimientos que siguieron habían sido inesperados y maravillosos y sin casi poder creerlo, allí estaba ahora, en brazos de la mujer con la que había soñado desde hacía semanas, aunque nunca se atrevió a pensar que pudiera pasar algo tan intenso y apasionado como lo que acababan de vivir juntos …….

De pronto, como si hubiera leído sus pensamientos, Paty lentamente abrió los ojos, para encontrarse con los suyos. Se miraron, se sonrieron, se dieron cuenta que aún estaban sus cuerpos entrelazados. Ella se había despertado, porque sentía mucho calor, su respiración se había acelerado y enseguida el ritmo de la respiración de James también cambió, sus manos  empezaron a recorrer el cuerpo de Paty, muy suavemente, muy lentamente, muy delicadamente, y ella notó que el cuerpo de James se arqueaba y se acercaba todavía más al suyo, percibió algo duro entre sus piernas y pronto la erección de James fue tan evidente, que ya nada podía ocultarlo ni pararlo.

James la miró, un poco avergonzado, y se disculpó, diciendo que no lo había podido evitar, que su proximidad y su olor le volvían loco, que ella le gustaba tanto que durante toda la noche no había podido dejar de abrazarla y de sentir su contacto, que tenía un deseo irrefrenable de volver a estar con ella, de amarla, olerla, tenerla, disfrutar en fin de cada milímetro de su piel…. pero que no quería que ella se sintiera obligada a nada, y que si no sentía ni quería lo mismo que él lo entendería y se iría si ese era su deseo….

Aún no había terminado de decirlo, cuando ella le interrumpió, cerró sus labios con un beso suave, delicioso, que aún tenía el olor y el sabor de los dos. Ella le daba pequeños tirones en el labio superior y succionaba el labio inferior, de tal manera que mientras su lengua entraba en contacto con la lengua de él, ambos sentían y se daban placer mutuamente con delicados mordisquitos y chupetones…. los dos reconocían esos besos tan especiales del día anterior, que por su experiencia ya  sabían a dónde les llevaría, a besos más intensos que les harían volver a sentir el deseo y la pasión que les había consumido a los dos hacía apenas unas horas, sintiéndose mutuamente como un volcán en erupción…

Sin haberlo acordado previamente, sin decirlo de forma tácita, las caricias de los dos eran muuuuuuy lentas, recorriendo mutuamente el cuerpo del otro por entero, sin dejar ni un centímetro de piel por acariciar. Para ella era difícil llegar a todo el cuerpo de James, dada la diferencia de altura entre ellos, pero él era muy atlético y se movía de tal forma que le facilitaba el poder llegar hasta el más pequeño rincón de su cuerpo.

Se besaban por todas partes y el calor y el deseo iban en aumento, sus respiraciones iban al unísono, empezaban a jadear, ella se sentía ya totalmente excitada y por lo que veía de él, por la erección que mantenía, aunque aún no le había tocado el pene, estaba igualmente muy excitado.

Se sentía de nuevo mojada, ardiente, sedienta de su sensualidad, de su masculinidad, de sus besos, de sus caricias, deseaba comerle todo y que él la comiera, estaba roja de deseo y de pasión, pero él la acariciaba cada vez más despacio, más suavemente, casi de forma imperceptible….. ella estaba ya preparada para pasar a algo más fuerte, pero él la frenaba, ella se sentía morir, no podía esperar más, quería sentirle dentro, esa sensación maravillosa que no podía comparar con nada de lo que había sentido antes con otros hombres …..

Pero ¿qué estaba haciendo James? Por favor, ¡no pares, no pares! - gritaba desesperada. James la besó de nuevo, largamente, profundamente, como sólo él sabía hacerlo, y entonces le dijo: “de acuerdo, tranquila, pequeña, tus deseos son órdenes para mi”…… la cogió como a una muñeca y la puso delante de su pecho, de espaldas a él.

James entonces cogió sus dos pechos entre sus manos, girándolos suavemente con un vaivén rítmico muy bien acompasado a los deseos de ella, parecía que le estaba leyendo el pensamiento, de repente los soltó y pasó a apretar ligeramente sus pezones, con delicadeza pero firmemente, sentía su enorme erección contra su espalda y entonces ella sintió como una descarga eléctrica en todo su cuerpo, ¡no era posible, con ese hombre tenía orgasmos sólo con acariciarle los pechos, era increíble, había vuelto a suceder… ¡

Mientras se estremecía de placer, sintió de nuevo su erección contra su espalda y un escalofrío de deseo la consumió y, como pudo, cuando tuvo fuerzas, se zafó de su fuerte abrazo y se giró, quedando frente a él. Rápidamente y sin que él pudiera evitarlo, se agachó de forma muy ágil y puso  el pene de él en su boca, por sorpresa. El tuvo un espasmo de placer tan fuerte que casi le hace perder la cabeza y llegar al orgasmo.

Pero no………., con un gran esfuerzo de voluntad y de concentración, pudo aguantar y ella pudo aún gozar del placer de tocarle, lamerle, chuparle despacio hasta que él le suplicó por favor que parara, que ya no podía más……. que quería seguir haciéndole el amor todavía……… Así que ella le  hizo caso y paró, le había dejado sin aliento, él le dijo que nunca nadie le  había hecho sentir tanto placer, que estaba  al borde del clímax  pero  que no quería terminar todavía …..

Ella entonces, viéndole a su merced, se aprovechó de su debilidad y empezó a tocarle ligeramente por todo el cuerpo, excepto su sexo, que estaba ya muy “tocado”. Ella estaba contenta del efecto que sus caricias provocaban en él, se acercaba al pene, lo rozaba, pero sin tocarlo, pasaba de largo y él cerraba los ojos con un delicioso sufrimiento que le hacía estremecerse, ella le pasaba ligeramente las uñas por sus piernas y muslos, también la parte interna de éstos, él estaba gritando, suplicando, completamente  fuera de sí.

Entonces ella cogió el condón de la mesilla, se lo puso rápidamente y subió encima de él e introdujo su pene dentro de ella, estaba tan mojada que no había tenido ningún problema en introducirse el pene a sí misma, muy adentro, casi con dolor por la gran erección de él. Estaba tan dentro de ella que no sabía dónde terminaba él y dónde empezaba ella.….

Comenzó a moverse despacio, para dejar que sus cuerpos se acostumbraran al placer de poseerse mutuamente, rítmicamente. Él estaba como en trance, la tomó fuertemente de las caderas y le marcó el ritmo, entrando y saliendo, subiendo y bajando, ella estaba tan mojada que notaba cómo sus fluidos resbalaban por entre sus muslos. El lo había notado también y eso le había vuelto completamente loco, estaba disfrutando de la esencia de esa mujer que ya no era una desconocida, ya era parte de sí mismo, se daban tanto placer que con sólo mirarse disfrutaban el uno del otro….

De pronto, ella cambió el ritmo, estaba sentada sobre él, cabalgando como una Walkiria, él tocó sus piernas y sus muslos, eran muy fuertes y musculados, se notaba que hacía mucho deporte. Él la miraba, miró sus pechos, subir y bajar rítmicamente y volvió a cogerlos con tanto deseo y con tanto placer que ella lo notó, ella le cogió también sus pezones y los pellizcó delicadamente, mirando su reacción.

El suspiró de placer y ella notó que su pene se ponía todavía más duro, ¡madre mía, qué hombre¡, ella notó una de las manos de él, que bajaba de su pecho hasta su clítoris, y con la otra mano, tan grande, podía acariciarle a la vez sus dos pechos, circularmente, rítmicamente, ella sentía sus pezones duros, anhelantes, sentía tanto placer que finalmente explotó arqueándose sobre él, tuvo un orgasmo irrefrenable, brutal, estaban todas sus zonas íntimas más sensibles estimuladas a la vez y no sabía de dónde le venía el placer, SI, SI, le venía de todas partes, ohhhhhhhhhh, no podía soportarlo más, cayó sobre él sin fuerzas, gritando y retorciéndose……

James estaba también muy excitado y viéndola a ella gozar tan intensamente no pudo soportarlo más y también dio rienda suelta a su placer, teniendo un orgasmo tan explosivo, rotundo y potente, que le dejó extenuado, sin fuerzas, con Paty sobre él casi inerme….

Ella estaba un poco mareada, no podía ni levantarse, él la ayudó suavemente a incorporarse, todavía dentro de ella, la posó en la cama, los dos estaban completamente empapados en sudor, la cubrió delicadamente con la sábana para que no se enfriara y la abrazó, escuchando cómo respiraba, muy agitadamente al principio, hasta que poco a poco su respiración se fue calmando, como la de él.

Paty escuchaba muy de lejos que James le decía palabras tranquilizadoras al oído, pero no las entendía, estaba  ya medio dormida, cansada, totalmente extasiada y llena de él…. Volvieron a dormirse extenuados, llenos de placer, el uno en brazos del otro,  no sabiendo lo que les pasaba, pera sabiendo que era algo muy muy especial …..


1 comentario:

  1. Jolín, qué envidia, a ver si alguien me lo hace así de bien, se entienden de maravilla!

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