Pasaron unas horas, ella por fin despertó, aún en
sus brazos, estaba toda mojada de ella, de él, sus fluidos corporales
mezclados. No quería moverse para no despertarle. James estaba durmiendo tan a
gusto, su respiración fuerte y acompasada tan cerca de ella….pero no podía más,
necesitaba ir al baño ….. se movió muy despacio, sigilosamente, para no
despertarle, y se dirigió al baño, no quería hacer ruido así que no se duchó
todavía, esperaría a que él estuviera despierto.
Se lavó sus partes íntimas, porque sus jugos
mezclados resbalaban por sus muslos, a continuación bebió agua con las manos
refrescándose al cara con el agua fresquísima y se puso encima lo primero que
encontró, una camiseta de tirantes y muy cortita que tenía en el colgador del
baño y sin nada más encima se dirigió muy despacio, sin hacer ruido, a la
cocina, a preparar una buena cafetera de café. ¡Se sentía sin fuerzas!
Miró el reloj de la cocina: ¡eran las 12 h del
mediodía!. Eso era impropio de ella, nunca dormía hasta tan tarde, pensó. Pero
luego recordó todo lo que habían vivido y disfrutado juntos, que les había
dejado extenuados el uno en brazos del otro, con tanta intensidad que un
escalofrío de placer recorrió todo su cuerpo….. en aquel momento el olor del
café impregnó su nariz y su cuerpo le dio una señal inconfundible: ¡estaba
absolutamente hambrienta, tenía un hambre de lobo!.
De pronto oyó el ruido de la puerta del baño y de
repente apareció James, envuelto de cintura para abajo con la sábana,
buscándola ansiosamente, como temiendo que ella se hubiera ido, que ya no
estuviera allí, que todo hubiera sido un sueño…. Cuando la vio, soltó un
suspiro de alivio, se dirigió hacia ella diciendo “buenos días, pequeña”, con
aquella voz suya tan sensual, tan viril, y ella se estremeció, recordando de
repente todos los momentos vividos hacía unas horas …..él abrió los brazos y
ella se lanzó a abrazarle también, se besaron dulcemente y entonces, de
repente, James, dijo: ¡qué olor a café tan delicioso, creo que podría levantar
a un muerto!.
Los dos rieron con ganas, ella le dijo: señor,
¿puedo invitarle a un café? ¿Y a algo de comer? No sé si tu tienes hambre, pero
yo me comería un jamón entero!
Yo me comería el cerdo entero! – contestó riendo
James. ¡Estoy que muerdo del hambre que tengo yo también, me has dejado sin
fuerzas, pequeña y maravillosa mujercita!¿Ah, si? Tan grandote y ya sin
fuerzas? - Dijo ella ¿Tienes alguna queja, princesa? ¿No has tenido suficiente,
quieres que repitamos? – dijo James, dirigiéndose hacia Paty mirándola
fijamente muy muy serio, como retándola y desafiándola, dispuesto a complacerla
de nuevo si ese era su deseo …..
¡No, no, por favor, vamos a comer algo, por favor,
por favor,……¡ - dijo ella- Los dos estallaron en carcajadas, y entonces él, de
improviso, la cogió en brazos en volandas y la hizo girar por toda la cocina
hasta sentarla en una silla, ella volvió a sentirse diminuta en sus brazos y
James tomó las tazas para el café que ella ya había preparado.
Tomaron un café bien caliente, muy fuerte y reparador,
solo y sin azúcar los dos (otra coincidencia) y después ella abrió el
frigorífico y le preguntó qué le apetecía comer.
Coincidieron en sus gustos, y dada la hora que era y
el hambre que tenían, ambos descartaron el yogur desnatado de inmediato, riendo,
y tomaron unas buenas tostadas, bien grandes, hicieron huevos revueltos con un
buen jamón y exprimieron naranjas, todo entre los dos, sin apenas mediar
palabra, mientras ella hacía los huevos, él ponía las tostadas y exprimía las
naranjas, se notaba que no era el típico hombre inútil que está acostumbrado a
que le sirvan, y eso a ella aún le gustó más.
Ella mientras preparó todo en la terraza con vistas
al mar y juntos disfrutaron de ese desayuno reparador, necesitaban recuperar
fuerzas, disfrutando cada bocado, riendo y hablando sin parar. Estaban felices
de estar juntos y disfrutaban de su mutua compañía…. Por lo que parecía, esto
distaba mucho de ser “un polvo loco, de una sola noche” ……..
Estaban tan a gusto, que ni se daban cuenta que las
horas iban pasando y ya era la hora de comer y aun ni se habían duchado.
Hablaron sobre qué hacer y ella dijo que le apetecía darse un buen chapuzón en
el mar, estaban cerca de Playa La Concha. Pero James le dijo que no tenía
bañador y que el calzoncillo que tenía se notaba mucho que no lo era.
Entonces Paty se levantó de un salto, con una
agilidad felina propia de una adolescente, demostrando con ello que ya estaba
en forma de nuevo, y volvió con un bañador negro en la mano: es de mi hermano,
cuando viene a verme siempre nos damos un baño, no es tan alto como tu, pero
creo que tiene tu talla de culete, je je..… déjame ver, dijo, palpándole
suavemente las nalgas ¿Quieres probártelo?
Por supuesto - contestó él. Mirándola fijamente a
los ojos, se levantó y dejó caer de golpe la sábana que llevaba enrollada a la
cintura y ella pudo verle completamente desnudo, esta vez a plena luz del día.
Waaau, ¡qué pedazo de hombre, está como un tren! - no me extraña lo que me ha
pasado con él - pensó ella, es
irresistible.
Su 1,90 m delante de ella, fuerte, musculoso,
bronceado, uuuuuf, no podía seguir mirándolo sin volver a desearlo, su cara se
puso roja de repente y desvió la mirada disimuladamente y le dijo, póntelo ya,
¿no? ¿Cómo te queda? James sonriendo ya se lo
había puesto y le dijo que juzgara por ella misma. Le quedaba un poco
ajustado, pero podía usarlo.
Él se dirigió a ella y le dijo: eres encantadora,
después de todo lo que ha pasado entre nosotros, ahora me miras y te ruborizas,
eres un encanto, de verdad, no puedo creerlo. Vio que ella se ruborizaba
todavía más y para tranquilizarla y desviar la conversación, dijo: ¿tu vas a ir
así, sólo con esta camiseta?
La abrazó suavemente pero al recorrer su espalda,
notó cómo ella no llevaba nada, nada debajo …..
De repente los pezones de Paty se endurecieron al
notar sus manos y …… y notó que entre sus brazos él tenía de nuevo una fuerte
erección contra su pubis, ¡ohhhhhho, no de nuevo - pensó - no tan pronto.
Vámonos ya, voy a ponerme el bikini, nos damos un bañito y comemos algunas
tapas ¿ok?
James tenía ya el bañador muy abultado, la
respiración agitada, pero asintió con esfuerzo y dijo: Ok, sólo dame un minuto
para… bueno, ya sabes… mirando hacia su bañador…. Ella no quiso mirar, no
respondía de sus actos si lo hacía, así que se dio la vuelta corriendo, casi
huyendo de sus propios deseos, casi asustada de lo que sentía y de lo que
parecía sentir también él y fue a ponerse el bikini, unos vaqueros muy cortitos
y volvió a por la camiseta de tirantes.
Mientras tanto él había cogido su ropa y se había
vestido y había recogido la ropa de ella, que estaba en el suelo, y la había
depositado en una silla, junto con sus zapatos. No sabía dónde poner tus cosas
– dijo James. Oh, no te preocupes, gracias -
contestó ella. ¡Qué detalle que hayas recogido mi ropa del suelo! -
¡Este hombre es una caja de sorpresas! - pensó ella – ¡cada vez me gusta más, y
no sólo por su físico y por cómo me hace el amor!
Jolin con James, además de estar buenísimo es muy buen amante y se maneja bien en la cocina y recoge sus ropas del suelo. Yo me pido uno así, dónde hay uno para mi, por favooooooooor!
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