jueves, 3 de julio de 2014

CAPITULO 10: REBOSANTE DE AMOR


Pero de todos los temas que habían hablado, los estuvo repasando mentalmente y realmente tenían gustos similares y ideológicamente también y tenían valores muy claros, en los que también coincidían perfectamente. Políticamente los dos eran personas de izquierdas, comprometidas, en contra de las injusticias sociales y enfadadas con la clase política en general.

Ambos creían en la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres. Incluso en el sexo parecían estar de acuerdo, a ninguno de los dos les gustaba el sexo con personas desconocidas y si no tenían una relación con alguien, preferían satisfacer sus cuerpos y darse placer cuando les apetecía antes que ir con cualquiera. Eso era más “normal” en una mujer, pero menos frecuente en un hombre, o al menos eso creía ella.

¿Y ahora qué? – pensó Paty. Había conocido por fin al hombre al que había estado observando disimuladamente en la discoteca. Llevaba semanas pensando en él, preguntándose si se conocerían, si congeniarían, si se gustarían, si se desearían (ella ya le deseaba, je je ¡y mucho!). Pero la verdad era que ni en sueños había imaginado que podría sentir lo que había sentido con él durante ese intenso fin de semana y que estaba segura que él había sentido lo mismo, el fuego y la pasión que les abrasaba era mutuo, en eso no se podía mentir, se notaba, flotaba en el aire. Y no sólo era sexo, era un sentimiento muy muy intenso por parte de los dos………… 

Llegó por fin al trabajo, aparcó el coche e intentó concentrarse. En cuanto llegó, una compañera, con la que tenía más confianza, Cris, le dijo que estaba radiante, guapísima, que hacía tiempo que no la veía así ….…. que tenía el “guapo subido” y que le brillaban los ojos.
Paty sonrió de forma enigmática y le dijo que sólo era que había tomado el sol y se había bañado en la playa y relajado durante el fin de semana, que no pasaba nada más. Cris no la creyó, por supuesto, pero no insistió, sabía que Paty era muy reservada con su vida privada, pero “tenía la mosca tras la oreja” como se dice vulgarmente, así que se propuso averiguar qué pasaba y sonsacarla durante el desayuno.

Paty vio que tenía una reunión de coordinación. ¡Uuuuufff, que lata, lunes a las 9 h. poner esta reunión!. Menos mal que había dejado los temas preparados el viernes, por si acaso. Normalmente esta reunión la hacían los martes, pero esta semana faltaba uno de los directores, que estaría en el extranjero, así que la habían cambiado al lunes.

Normalmente Paty estaba siempre muy atenta, especialmente en las reuniones de coordinación con los directores, pero hoy realmente estaba con la mente en otra parte, recordando y rememorando los momentos íntimos vividos con James. Tenía ganas de volver a estar con él, de volver a verle, de besarle, de abrazarle, de estrecharle entre sus brazos, de acariciarle, de hacer el amor con él una y otra vez.

Waaaau, se estaba excitando, notó cómo tenía pequeñas contracciones de intenso placer y notó que se estaba mojando. Sus mejillas se pusieron rojas de repente, alguien la vio y dijo que hacía calor, que modificaran el termostato del aire acondicionado …..

Paty estaba avergonzada, pero por suerte nadie parecía haberse dado cuenta de nada, siguieron con la reunión y ella intentó centrarse, pero su cabeza volvía una y otra vez a James …… Finalmente le tocó a ella hacer su exposición y haciendo un enorme esfuerzo consiguió explicar bien su propuesta y ésta fue aceptada por unanimidad. ¡Menos mal que lo tenía todo preparado desde el viernes! Estaba contenta de haber superado la prueba.

Le tocaba el turno entonces a su compañera Cris. Esta empezó a hablar y la mente de Paty volvió a perderse en el deseo y la pasión que sentía por James. Empezó a preguntarse si se estaba enamorando. Uuuuuffff, eso eran “palabras mayores”. La verdad era que ella no estaba buscando nada, no buscaba tener una relación, estaba muy bien sola y se sentía feliz con su libertad.

Pero desde que había visto a James hacía semanas tenía dudas y ahora que por fin se habían confirmado sus expectativas con él, que ya sabía cómo era, cuánto le gustaba, cuánto placer se habían dado  mutuamente y lo a gusto que estaban juntos, hablando, paseando, nadando, comiendo, bailando, etc. se estaba preguntando si esto podría ser amor. Inmediatamente pasó a preguntarse si él sentiría lo mismo. En aquel momento su móvil vibró, era un whatsAap - ¡menos mal que lo había dejado en silencio!

Miró disimuladamente y si, era JAMES. Le pedía disculpas por molestarla en el trabajo, pero no había podido evitar el impuso de decirle lo bien que había estado con ella el fin de semana, que hacía tiempo que no se sentía tan feliz y que quería volver a verla lo antes posible para hablar de sus sentimientos.

El corazón de Paty dio un vuelco. ¡Ella estaba pensando eso mismo en aquel momento! Contestó disimuladamente y con brevedad: Reunida, te llamo a las 14 h. para quedar, ¿ok? Ok- respondió James.

Estuvo muy ocupada durante toda la mañana, rehuyó a Cris, que insistía en tomar un café con ella, pero finalmente pudo salir a las 14 h. para comer algo y volver al trabajo hasta las 17 h. Llamó a James, las piernas le temblaban. El dijo que estaba en una comida de trabajo, que no podía hablar mucho. Brevemente le propuso verse esa noche pero ella no podía, había quedado con su  madre para ir de compras y después ir juntas a cenar. Ella propuso el Martes, pero él no podía, tenía partido de tenis con los amigos del gimnasio y cena después. Así que quedaron para el  miércoles.

Llegó a casa y al entrar notó todavía el perfume de él en la casa. Abrió más las ventanas, recorrió cada uno de los rincones de la casa donde se habían abrazado y deseado con tanta pasión. Volvió a sentir en su piel los escalofríos de placer, sintió que otra vez se excitaba con el recuerdo de todo lo vivido y se dijo que tenía que seguir adelante con su vida, que no podía estar todo el día “caliente”. Fue a darse una buena ducha fría, ¡tenía que ir a buscar a su madre!

Se puso unos jeans y una camiseta color fuxia, bastante ceñida, que marcaba sus curvas. Apenas se maquilló, sólo un poco los labios, porque como estaba bronceada no lo necesitaba. Se calzó unas sandalias bonitas pero cómodas y se fue caminando a casa de su madre, que vivía a 10 minutos de allí.

Su madre la conocía muy bien. En cuanto la vio le dijo que estaba preciosa, radiante, y como su compañera Cris, le dijo inmediatamente que le brillaban los ojos. A su madre no la podía engañar. La conocía demasiado bien. Tenía muy buena relación con ella. Era una mujer adelantada a su época, con una mentalidad moderna para su edad y muy comprensiva. Había aceptado sin rechistar sus dos divorcios, respetando en todo momento sus decisiones, ayudándola en los momentos de “bajón”.
Le preguntó si había conocido a alguien, y ella, sonriendo, la abrazó, le dijo que era una “brujita buena” y que sí había conocido a alguien, pero que era pronto para hablar de él todavía. Como siempre su madre, comprensiva, aceptó y respetó su decisión y le dijo que cuando quisiera hablar de ello, la escucharía con mucho gusto, incluso podría darle algunos consejos,  je je, ya se sabe, “sabe más el diablo por viejo que por diablo”. Rieron las dos con ganas.


Su madre era viuda. Su marido, el padre de Paty había muerto cuando Paty tenía 20 años. Había tenido a Paty con sólo 20 y al cabo de tres años su madre se volvió a casar, era todavía muy joven y guapa, sólo tenía 43 años y era una mujer muy sensual. Tenía una muy buena relación con su marido. Su madre era una mujer todavía muy atractiva y no aparentaba ni mucho menos los 65  años  que tenía. Siempre había dado buenos consejos a Paty, que tenía su genética, porque tampoco aparentaba la edad que tenía.

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