James le contestó que él estaba igual, que también
había tenido “final feliz” y necesitaba urgentemente una buena ducha, y se iba
al trabajo de inmediato. “Hasta mañana, pequeñaja, ya verás cuando te cuente lo
que hemos hecho en mi sueño, ja ja”
Ambos pasaron el día muy atareados en sus
respectivas ocupaciones, enviándose de vez en cuando algún mensajito “picante”,
pero muy breve, y deseando los dos volver a verse al día siguiente. Cuando Paty
terminó su jornada laboral, fue a hacer unas compras y después de dejar todo en
casa, se fue a pasear por la playa de la Concha. Se llevó un libro que estaba
leyendo, que le había prestado una amiga y que le había dicho que estaba muy
bien.
Sólo lo había empezado y ya se dio cuenta que era
bastante erótico ¡vaya, lo que le faltaba, estaba todo el día como en celo, y
ahora estas escenas tan sensuales…….! Uuuuffffff, que bochorno, su amiga no le
había dicho que era tan “fuertecillo” el
librito de marras. Al cabo de un momento tuvo ganas de darse un buen chapuzón,
no había pensado que tendría ganas de bañarse tan tarde, porque ya estaba
anocheciendo, con una puesta de sol maravillosa, pero la verdad era que le
apetecía mucho.
Se estaba imaginando las escenas del libro con James
y……. Otra vez se estaba excitando. ¿Pero qué le estaba pasando? Se estaba
obsesionando un poco ¿o era algo más? No quería pensar en la palabra AMOR,
todavía no estaba preparada para ello, pero ese sentimiento era muuuuuy fuerte,
estaba un poco asustada de ella misma y de lo que sentía……
Y además, ¿Qué sentía James? De momento no habían
tenido tiempo de hablarlo, cuando estaban juntos acababan siempre haciendo el
amor de forma increíble, no tenían demasiado tiempo para hablar de ello con
calma …..
Miró a su alrededor, casi no había nadie en la
playa. No se había puesto bañador, porque no había pensado en bañarse tan
tarde, pero llevaba una ropa interior que podría parecer un bikini, así que no
lo pensó dos veces, se quitó el vestido y como sí había traído una toalla para
tumbarse a leer en la arena, no lo pensó dos veces y se lanzó al agua, que
estaba en calma ese día, parecía un lago.
Nadó un poco hacia el fondo, aprovechando que hoy no había corriente.
Después nadó vigorosamente hacia la orilla y salió, buscando la toalla para
secarse.
El sol había descendido y había oscurecido del todo.
Se estaba secando frotándose con fuerza porque había cogido un poco de frío. Ya
no podía leer más, porque ya había oscurecido. Se vistió y se dirigió a su casa,
paseando tranquilamente por la playa de la Concha. Le molestaba la ropa
interior mojada, así que disimuladamente se la quitó, con el vestido ya puesto,
por si alguien estaba mirando.
Se recogió el alborotado y salvaje pelo con una
diadema de colores, con la que se hizo una graciosa coleta alta, para que el
pelo mojado no le estorbara en la cara. De pronto, de camino a casa, pasó por
un bar con terraza y no pudo resistir la tentación de tomarse una copa de
helado, así que se sentó y mientras esperaba el helado, siguió con la lectura
del libro de su amiga.
Había escenas interesantes en el libro. La verdad
era que estaba escrito con muy buen gusto, no era ordinario ni soez, al
contrario, utilizaba un lenguaje variado, rico y culto, que para nada le recordaba
algún libro pornográfico que había empezado. No había terminado ninguno de esos
libros por lo pobre, sórdido y limitado del
lenguaje utilizado. Pero este libro era diferente, sabía cómo picar la
curiosidad de la persona que lo estaba leyendo, cómo interesarla, cómo hacer
que su imaginación volara con esas escenas eróticas y sensuales.
Realmente estaba disfrutando con la lectura, se lo
diría a su amiga ahora mismo. Además había algunas ilustraciones muy
sugerentes, que le daban ideas para
compartir con James. Por supuesto, siempre James, no se lo quitaba del
pensamiento. ¡Ay Paty, que te estás enamorando como una jovencita! – pensó para
sus adentros.
Miró el nombre del autor y vio que la escritora era
una mujer. Ja ja, comprendió entonces el buen gusto y la sutileza del lenguaje,
ja ja, “donde haya una mujer que sabe disfrutar de su sensualidad, que se quite
todo lo demás”. Pero casi inmediatamente de pensar eso, recordó a James, el
buen gusto que tenía, cómo controlaba su deseo para acoplarse al de ella, todo
el placer que sabía darle, sutilmente, sin prisa, encendiéndola de pasión y de
placer con su saber hacer, y pensó que por suerte también había hombres que
podían dar y recibir placer haciendo disfrutar al máximo a su pareja. ¡Era el
mejor amante que había tenido, sin duda alguna!
Se consideró muy afortunada de haberle conocido.
Siguió comiendo el helado, lamiendo la cuchara de gusto, estaba realmente
bueno, siguió leyendo y releyendo algunos párrafos que le habían gustado
especialmente e imaginando algunas de las escenas descritas en el libro,
practicándolas con James. En ese momento oyó voces, varias risas masculinas, se
giró automáticamente y el libro le cayó al suelo.
Ella se agachó a recogerlo,
pero uno de los hombres que pasaban en aquel momento por delante de ella lo
cogió y se lo acercó, mirando curiosamente el título.
“Interesante libro – dijo. Lo leí el año pasado y la
verdad, me ayudó bastante con la psicología femenina”. Esa voz ¡no podía ser!
Pero cuando él se incorporó pudo confirmar que si, era James en persona, con su
grupo de amigos. La cara de Paty se puso roja, recordó que no llevaba ropa
interior y que al agacharse, su escote seguramente habría dejado ver más de lo
adecuado. Los otros miraron el libro, ninguno de ellos lo conocía.
Se sentía completamente ridícula, allí en medio, sin
arreglar, despeinada, sin maquillaje, con el libro por el suelo, con
ilustraciones eróticas y roja como un tomate, con cinco tíos bronceados,
atléticos y atractivos mirándola divertidos por verla tan azorada. Quería
esconderse bajo la mesa. Jolín ¿esto es otro sueño? ¡No es posible tanta
casualidad!
Cuando James vio que era ella, tuvo que controlarse
para disimular lo sorprendido que estaba de verla allí a aquella hora. Hola,
Paty – dijo simulando naturalidad, dándole dos ligeros besos en las mejillas.
No había visto que eras tú, no te había reconocido con el pelo recogido. Te
presento a mis amigos del club de tenis. Hemos terminado el partido y ahora nos
vamos a cenar, a celebrar que nuestro equipo ha ganado. Espera que te presento
a mis compañeros…….
Bueno, le presentó a sus amigos (pensó que podrían
quedar un día con sus amigas solteras ¡estaban todos buenísimos!). Hacía tiempo
que no había visto unos tíos tan buenos juntos, claro que todos ellos eran
buenos deportistas, con hábitos saludables, como le había explicado James, así
que no era de extrañar el buen aspecto que tenían. Tal vez tendré que apuntarme
a este club de tenis con ellas, ja ja, - pensó. ¡No sé si jugaríamos mucho al
tenis, pero al menos nos alegraríamos la vista! ja, ja.
Se sentaron con ella a tomar unas cañitas antes de
ir a cenar. Le dijeron que si quería ir con ellos, pero ella se disculpó
diciendo que tenía el bañador mojado (mentira podrida, tenía otra cosa mojada,
sólo de ver a James) y que no estaba arreglada, y que además ¿a dónde iba ella
sola con cinco hombretones? Que sería la envidia de todas las que la vieran,
así que no quería crearse enemigas, ja ja.
Rieron todos con ganas, le dijeron que además de
guapa y con los ojos verdes más bonitos que habían visto en mucho tiempo era
muy simpática y divertida y quedaron que otro día con tiempo quedarían con sus
amigas también, para tomar unas copas en la disco, donde se habían conocido con
James, aunque ya la avisaron que no eran tan bailongos como él. Ella les dijo que
sus amigas tampoco eran tan bailongas como ella, así que ya se verían allí y
una vez en la disco, que cada uno hiciera lo que le apeteciera, a su ritmo y a
su aire.
Se despidieron con besos cordiales y James, que fue
el último en despedirse, disimuladamente
le tocó un pezón al darle los dos besos de cortesía, sin que los otros pudieran
verlo. Ella casi salta con el contacto, pero tuvo que esconder su sobresalto y
entonces él notó que ella no llevaba nada debajo del vestido, así que también
tuvo que ocultar su pantalón, porque algo “allí abajo” también se había
“despertado” y no quería que sus amigos se dieran cuenta.
© RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario