jueves, 25 de septiembre de 2014

CAPITULO 20: COMPENETRACIÓN

Era precioso. Le explicó que era un recuerdo de su abuelo irlandés, que sólo lo utilizaba en ocasiones muy especiales, celebraciones familiares, navidades, etc. Dijo que esa era una ocasión muy especial. Ya estaba terminando la ensalada, presentada con tan buen gusto que parecía de restaurante. El último toque – dijo. Unos xerryis y un poco de maíz por encima, todo aliñado con balsámico de Módena, ¿te gusta mi amor? Le dijo, mirándola a los ojos.

James se había descalzado y llevaba puesto un delantal color negro, con unos tomates y unos huevos duros estampados a mano, por lo que parecía, muy artístico. Muy previsor – le dijo - para no mancharte tus flamantes jeans blancos. Realmente te queda muy bien, estás muy atractivo. Lo compré en el mercadillo de la plaza del Ayuntamiento – dijo James - el mes pasado. Lo habían pintado a mano unos chicos que estaban promocionando el comercio justo. Está hecho con materiales ecológicos.

Muy interesante – contestó ella. ¿Puedo hacer algo más? Me gustaría tomar una cervecita, mientras preparo la salsa y la carne. En ese armario hay unas aceitunas, ¿te apetecen? Claro – contestó ella – me encantan. Abrió la cerveza y James le dijo que tenía copas en el congelador. Caray, estás en todo – dijo ella, complacida. Bien, puedes llevar la ensalada a la mesa, enseguida estará la carne.

James preparó la carne - poco hecha para los dos, otra coincidencia -  y la salsa roquefort. Abrieron una botella de vino de Rioja y se sentaron muy juntos a saborear esa primera cena en casa de James. Al terminar de cenar también había acabado la música y mientras recogían, decidieron poner una música más suave. Mientras él estaba inclinado buscando la melodía, ella no pudo resistir la tentación y fue por detrás a desabrocharle el delantal tan especial.


Salieron a la terraza, la luna estaba espléndida. Se enlazaron por la cintura mientras la miraban, se besaron largamente y se dispusieron a bailar, pegados el uno al otro. Se sentían muy felices. Se acariciaban la espalda, la cintura, la cadera, el cuello, se besaban intensamente hasta que sus cuerpos sintieron el despertar de la pasión y el deseo que había también entre ellos.

Él la tomó entre sus brazos y entró otra vez en el salón, depositándola cuidadosamente en el cómodo sofá. Le dijo que le esperara. Salió otra vez a la terraza y volvió con el precioso candelabro con las velas perfumadas. Le preguntó si le apetecía tomar una copa de cava y ella le contestó que sí -  catalán, por supuesto – dijo, riendo. Por supuesto – rió él.

La música sonaba mientras ellos tomaban la copa, uno en brazos del otro, mientras se acariciaban y se besaban intensamente. Ahora que ambos ya sabían que había algo más que sexo entre ellos, algo más que atracción, que el sentimiento de amor mutuo era tan intenso, las palabras iban fluyendo con más naturalidad entre ellos: “ven aquí cielo”, “te gustan mis besos, mi amor”, “si cariño”, “me vuelves loca, amor mío” se oyó decir Paty a sí misma, sorprendida….

Paty estaba empezando a “soltarse”, estaba perdiendo el “sentido del ridículo” por fin con James. Él la tenía entre sus brazos, le estaba acariciando todo el cuerpo por encima de la ropa, hasta que por fin ella le pidió que la desnudara. Él le contestó que esperara un poco, que tuviera un poquito de paciencia, que le daba morbo tocarla así.

Ella le miró con picardía, acariciándole también a él por encima del pantalón, pero sin acercarse a su sexo, quería hacerle sufrir un poco ella también. Tocó su culo duro y apretado, subió por la camisa, pasando por su abdomen, que le encantaba, fuerte y marcado, siguió subiendo por su pecho, pellizcando suavemente sus pezones por encima de la camisa….

James gimió. Ella ya había descubierto que sus pezones eran una de sus zonas más erógenas, le volvía loco que se los chuparan y pellizcaran… y por eso dejó de hacerlo, mirándole maliciosamente, dejándole con las ganas para que sufriera un poquito también él, ja ja, donde las dan las toman….

Paty siguió pasando sus manos por la espalda de James, que se arqueó inconscientemente al sentir sus uñas pasarle lentamente, de arriba abajo y de abajo arriba, rítmicamente, pausadamente y después subiendo con sus manos hasta su cuello, nuca y cabeza, tirándole con firmeza pero suavemente del pelo, acercándole a ella, a su boca, a sus labios…

James no pudo resistir más, la tomó con fuerza de las manos y la agarró también él del pelo, fuertemente pero sin llegar a hacerle daño, y empezó a besarla ávidamente, como si en ello le fuera la vida, como si tuviera que beber de su boca para que su corazón siguiera latiendo…. Ella estaba igual, los dos se besaban con tanto deseo, con tanta pasión, con tanto amor…

Ahora los dos estaban fuera de sí. Su pasión desbocada, arrolladora, les llevaba a desnudarse el uno al otro, disfrutando de la visión del objeto de su deseo y de su pasión, tocando, lamiendo, pellizcando suavemente, dando pequeños y juguetones mordisquitos que les estaban volviendo  locos, disfrutando el uno del otro y de sí mismos al mismo tiempo…

James estaba lamiendo y chupando su clítoris y su vulva, sorbiéndola con fruición. Ella estaba totalmente mojada, sus fluidos se mezclaban con la saliva de él y a él le encantaba su sabor. La vio desencajada de pasión y quiso hacerla sufrir un poquito más, separándose un poco para mirarla…..ella abrió los ojos y desesperadamente le cogió por el cabello, acercándole de nuevo a su anhelante sexo y le pidió: ¡oh, no, no pares mi amor, sigue así como  lo estabas haciendo, tesoro, no pares, lo estás haciendo muy bien...!

Sonriendo él accedió a su súplica y volvió a donde ella quería, viéndola tan excitada él se excitó todavía más de lo que ya lo estaba y la miró de nuevo. Estaba roja, sofocada, preciosa. Sus pechos y sus pezones se movían arriba y abajo por la respiración tan agitada que tenía en estos momentos y entonces él supo que iba a correrse en su boca. Lo esperó, lo deseó con todas sus fuerzas.

Siguió sabiamente dándole placer como a ella le gustaba y al mismo tiempo, alargó sus largos brazos y con sus grandes pero delicadas manos le agarró fuertemente los pechos, que parecía que le estaban desafiando subiendo a velocidad de vértigo. Cuando ella notó sus manos en sus pezones, no pudo más y explotó gritando tan fuerte que él casi se asustó.

Ella estaba teniendo un orgasmo extraordinario y sus nalgas se habían levantado, sus piernas se habían enroscado a su cuello, como si no quisiera que se le escapase y jadeaba y gritaba como nunca, aaaahhhhhh, no puedo más, no puedo más……él paró, obediente, y la abrazó muy fuerte mientras ella tenía todavía espasmos y sacudidas de placer….

Qué mujer – pensó James. ¡Me está volviendo completamente loco! La tenía entre sus brazos y ella por fin pudo abrir los ojos y mirarle. ¿Cómo estás, mi amor? – preguntó él, un poco preocupado. ¿Estás bien? Ahora sí – dijo ella – con la respiración todavía agitada. Por un momento he perdido el mundo de vista – continuó - sólo sentía el placer que me estabas dando, me estabas volviendo completamente loca….

Le miró a los ojos de nuevo y ella empezó a acariciarle de nuevo el pelo, esta vez suavemente, le preguntó si le había hecho daño al tirar de él antes, pero James contestó que no, que no se preocupara. Ella entonces le cogió de la mano y se dirigió a la cocina, con él siguiéndola. Le pidió disculpas: necesito un vaso de agua ¿quieres tú también? ¡Oh, sí! – contestó inmediatamente, estoy absolutamente sediento.

Bebieron agua los dos y entonces ella, pillándole desprevenido mientras estaba bebiendo, le cogió el pene. Tenía una erección impresionante, y cuando notó su mano, su pene se irguió todavía más. ¡Parece que quiere mirarme! – dijo ella, riendo. ¡Puedes estar segura que sí, y no sólo mirarte es lo que quiere, traidora, me has pillado indefenso!

Ella corrió y se escondió detrás de la puerta del salón, cuando él entró le tomó de la mano y le hizo sentarse en una silla. James estaba muy excitado, verla así, sonrojada, sudorosa, excitada…..no podía más, quería penetrarla ya, pero quería saber en qué estaba pensando ella, que estaba dando vueltas a su alrededor, insinuante, provocativa, descarada…..

De pronto y sin previo aviso, se sentó a horcajadas encima de él. Casi le da un ataque, la tenía encima y con su pequeña mano acababa de agarrarle el pene con firmeza y le estaba poniendo un condón delicadamente – ¿de dónde lo había sacado, se preguntaba James? - y a continuación, sin previo aviso, Paty se lo introdujo despacio pero firmemente en su vagina, moviéndose acompasadamente, rítmicamente, mientras le miraba a los ojos desafiante.....

¡oooohhhhh, madre mía, esto es increíble, me ha excitado tanto que no puedo soportarlo más! Ella le miraba, intentando adivinar si le estaba gustando, por su expresión dedujo que si y siguió adelante, con un ritmo más rápido, cada vez más rápido, hasta que su ritmo se volvió desenfrenado. Ambos tenían perlas de sudor que se deslizaban por su frente y por su espalda, ella sentía que él estaba cada vez más excitado, la había cogido por la cintura y sus grandes manos la rodeaban para sujetarla y que no pudiera caer….

Ella le volvió a pellizcar los pezones, fuerte, como a él le gustaba y él la cogió de las nalgas, apretando cada una con una mano. Ella aceleró todavía más sus sensuales movimientos, consiguiendo moverse con un ritmo frenético que les estaba volviendo locos de placer. Paty sentía que estaba ya a punto de explotar y por lo que parecía James estaba igual…los dos se entregaron totalmente al inminente e inevitable orgasmo casi al mismo tiempo….

El fuego que les consumía como un volcán volvió a surgir entre ellos, que se retorcían de placer, buscando cada rincón del  otro para dar y recibir más y más goce cada vez….mientras los espasmos y gritos de ambos llenaban sus oídos…. Finalmente ella cayó en sus brazos, ya sin fuerzas, completamente agotada y él la abrazó, hablándole suavemente, con palabras tranquilizadoras: tranquila, pequeña, respira mi amor.

El estaba también agotado, sus respiraciones entrecortadas, agitadas y jadeantes. Menos mal que estoy sentado – pensó James – con un orgasmo así, si estoy de pie me caigo al suelo todo lo largo que soy. ¡Madre mía, cariño ¿qué me has hecho? casi me has violado, me has pillado por sorpresa y a traición! – le dijo al oído, susurrante. ¡Eso para que te fíes de tu pequeñaja! – contestó ella, con una voz susurrante, desafiante – ¡ya te dije que era chiquita pero matona…..!

Veo que ya te estás recuperando, cielo – le dijo riendo James- ¡eres tremenda! ¡Mi venganza será terrible! – siguió diciendo. ¡Uy uy uy, ¡qué miedo tengo, ja ja! - rió Paty – ¡Si, si, ríe, ríe - dijo él, quien ríe el último ríe mejor!

Descansaron abrazados unos minutos. Él le preguntó cómo estaba, sentía su respiración ya más pausada, pero ella ya casi no podía oírle, se estaba durmiendo, feliz, saciada de amor y de placer, en sus brazos. Parecía un sueño, pero no lo era, era real. James la abrazó todavía más, y se dejó llevar por el cansancio también, durmiéndose enseguida….

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2 comentarios:

  1. Jolin, menudo calentón tengo, esos dos se lo pasan en grande!. Cuando llegue mi churry lo voy a pillar por banda y se va a enterar de lo que vale un peine!. Gracias, Paty, seguro que si le hago estas cositas a mi novio se vuelve loco. Creo que le voy a decir que leamos juntos los episodios de Paty y James, dan muy buenas ideas.......a ver si él también aprende cositas nuevas

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  2. Este James sabe como seducir y dar cariño, como a todas nosotras nos gusta.Pendiente de ti,cariñoso,dulce,observador,compraciente lleno de pasión y conserva esa virtud que actualmente se va perdiendo (acerte sentir una princesa)
    Por eso la comunicación entre ambos es fabulosa fluida y enamoradiza.En fin una gran relato

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