martes, 30 de septiembre de 2014

CAPITULO 21: NO TODO ES ALEGRIA

Les despertó el móvil de Paty: eran las 9 h de la mañana, su madre la llamaba preocupada porque la había llamado ayer por la noche para invitarla hoy a ir al teatro, ya que le habían regalado unas invitaciones y quería compartirlas con ella, pero no le había contestado. Y que la había llamado al trabajo esta mañana y le habían dicho que no estaba y entonces sí se había preocupado.

Gracias, mami, perdona – le dijo mientras se levantaba de un salto – ayer cené en casa de una amiga, nos quedamos charlando hasta tarde y me he quedado con ella a dormir porque no quería conducir. Por lo visto no hemos puesto bien el despertador porque no ha sonado. Te llamo luego, iremos al teatro, me hace muchísima ilusión, pero ahora voy corriendo a avisar al trabajo que llego más tarde y voy para allá de inmediato, sabes que soy muy puntual y estarán preocupados. Besos, mamá, hasta luego y gracias, me has salvado la vida. No corras ahora – dijo su madre – avísales y ya llegarás cuando puedas.

James ya salía de la ducha, se había levantado de la cama de un salto, sobresaltado. Estaba allí de pie, con la toalla envuelta en su cintura, tendiéndole un albornoz enorme para que pudiera ducharse también ella. Paty le dio un ligero beso en los labios y se fue hacia la ducha, no sin llamar primero a la oficina avisando que llegaba tarde por una avería en el coche, que ya estaba solucionada y estaría allí en cuanto pudiera.

Cuando salió James ya estaba vestido y el café olía por toda la casa. Paty se vistió deprisa. James también estaba hablando por teléfono avisando al trabajo que llegaría un poco más tarde, que le había surgido un imprevisto. Tenía el ceño fruncido, parecía contrariado, casi enfadado. Estaba escuchando muy atentamente. ¿Es necesario que sea hoy? – dijo - ¿es imprescindible?. Está bien, quedamos a les 11h. y hablamos de todo esto con tranquilidad.

Parecía realmente preocupado y molesto. Paty había salido del baño vistiéndose rápidamente y se estaba ya calzando sus sandalias cuando se percató del tono de voz tan distinto de James. Nunca le había oído hablar tan seriamente. ¿Todo bien, cielo? – se oyó decir, sorprendiéndose a sí misma - ¿sucede algo, algún problema en el trabajo? No, no, pequeña, no te preocupes, sólo es trabajo – contestó, intentando aparentar despreocupación.

Tomaron rápidamente el delicioso y cargado café que había preparado James, como siempre sin azúcar, para despejarse mejor. Se besaron largamente, acariciándose y abrazándose por un instante, sintiendo que sus cuerpos se buscaban y se deseaban de nuevo. ¡Pero no tenían tiempo, ya llegaban tarde! A ninguno de los dos les gustaba mentir ni poner excusas con el trabajo. En ese sentido, los dos eran muy responsables, pero hoy realmente se habían dormido exhaustos de tanto placer y sensualidad. El haberse explicado sus sentimientos les había llevado a valorar mucho más lo que les unía.

¡Vamos, llegamos tarde, yo soy una persona muy puntual – dijo Paty. Y yo – contestó James. ¡Vamos!. Él la llevó en su coche hasta el aparcamiento donde tenía Paty el suyo y se despidieron, quedando en llamarse más tarde. El día fue pasando. Paty estaba muy ocupada, pero de vez en cuando miraba su móvil. James siempre le mandaba alguna frase cariñosa o atrevida o divertida por WhatsApp, pero hoy nada de nada, eran ya casi la una del mediodía y nada, era un poco extraño, pero no quiso preocuparse, seguramente estaría muy ocupado. Siguió con su trabajo y a la hora de comer tampoco tenía noticias de James.

Llamó a su madre para confirmar la hora para quedar esa noche. Su madre, que la conocía muy bien, le preguntó enseguida si estaba bien. Que la había notado nerviosa y que le parecía que le había dicho lo primero que se le había pasado por la cabeza, que le había parecido que era un excusa y que ella pensaba que estaba con el hombre del que le había hablado. ¡Dios mío, mamá, esto es increíble! – dijo Paty – con sus verdes ojos abiertos como platos. No puedo creer que puedas leer en mí con tanta facilidad – se lamentó.

Ya veo que he dado en el clavo, chica – dijo su madre ¿No sabes que el diablo sabe más por viejo que por diablo? De acuerdo, señora, me has “pillado”  - dijo Paty, realmente compungida, no le gustaba mentir a su madre, no tenía ninguna necesidad de ello. Perdona – continuó -  después te cuento ¿ok?. No hace falta, cariño – dijo su madre, comprensiva. Ya vi cómo te brillaban los ojos cuando hablabas de él la otra noche y creo que os habéis vuelto a ver más veces, si no me equivoco.

No te equivocas, eres una “brujita” mamá – dijo Paty. Si,  pero buena, ja ja – respondió su madre. Y recuerda que te he llevado 9 meses dentro de mí, y que esto une mucho…. Pues sí, cierto – asintió Paty - a mi me pasa igual con los gemelos. Siempre sé cuando me mienten, ja ja….Pues ahora ya me entiendes, pequeñaja dijo su madre - aunque yo pensaba que contigo ya había superado esta faceta. No pensaba que volverías a comportarte como una adolescente enamorada.

¡Basta, mamá – dijo Paty – me estás sonrojando! Si, casi puedo verte, nena – dijo su madre - roja como un pimiento, ja ja ….. Te dejo “bruja adivina” – dijo Paty – riendo disimuladamente, verdaderamente roja como un tomate. Nos vemos después, ponte muy guapa, pero no más que yo, no me hagas la competencia, ja ja.

Fue a comer algo ligero, una ensalada Caprese deliciosa y siguió con su trabajo, A las 6 de la tarde volvió a mirar el móvil y nada. Bueno, yo me voy a casa. Si cuando llegue no me ha dicho nada, le llamaré yo. No soy de las que esperan sentadas al lado del teléfono esperando a su galán.

Llegó a casa, se quitó los zapatos, dejó el bolso en la mesa, tomó un zumo bien fresquito de la nevera y se sentó cómodamente en el sofá, dispuesta a llamarle y bromear un poco con James, y también a coquetear con él e incluso a “calentarle” un poco los oídos, ya que esta noche no podrían verse porque ella había quedado con su madre para ir al teatro.  Bebió el zumo de manzana, estaba fresquito y delicioso. Cogió el teléfono y le llamó.

El teléfono sonó y sonó y nadie respondió a su llamada. ¡Qué extraño! - pensó. James normalmente siempre llevaba el móvil disponible, incluso si estaba conduciendo, lo cual era muy probable a esa hora. Tenía el “manos libres”, por lo que podía responder sin problemas. ¡Pues bueno, ya llamará cuando pueda! - pensó. Empezó a cambiarse para salir con su madre, ja ja, eran muy competitivas, las dos tenían gustos similares y muchas veces, sin haberlo comentado primero, coincidían en estilos y colores.

Le apetecía mucho ir al teatro con su madre, pero estaba un poco intranquila por el silencio de James, sobre todo por el tono de su voz cuando hablaba con alguien del trabajo. Después se dijo a sí misma que era una exagerada, que él sabía perfectamente que ella había quedado para ir al teatro con su madre y que por eso no se verían, por lo que la dejaba tranquila que hiciera sus cosas……

Pero pensándolo bien, por otra parte, con más motivo si sabía que no se verían, él seguramente le habría enviado algún mensaje para estar en contacto por lo menos, especialmente después de todo lo que se habían explicado el día anterior y después de haberse declarado mutuamente su amor…

Aunque ¿y si era esto precisamente lo que le pasaba? ¿Y si se arrepentía de lo que le había dicho? ¿Y si no había querido llegar tan lejos declarándole su amor y ahora no sabía cómo volver atrás? Estaba empezando a dudar ¿nos habremos precipitado, se habrá asustado y ahora no sabe cómo rectificar?

Se estaba poniendo muy nerviosa. Estaba ensimismada en sus pensamientos y de pronto el sonido del timbre de la puerta de su casa sonó, dándole un susto que la hizo saltar de golpe del sofá. Sería su madre, que venía a recogerla para ir al teatro, y todavía no había acabado de vestirse. Oh ¿qué me pasa? Parezco una chiquilla asustada – se dijo, corriendo a abrir la puerta.

Menos mal que antes de sentarse en el sofá ya había preparado la ropa que había escogido encima de la cama. Se la puso rápidamente mientras su madre subía en el ascensor, que por suerte era muuuuuy lento y para cuando su madre llegó sólo le faltaba maquillarse los labios y perfumarse ligeramente y… ¡lista!

¡Qué guapa estás mamá, me das envidia! – le dijo. Tu también estás guapísima, de tal palo – dijo – tal astilla – terminó Paty. Rieron las dos y se abrazaron. Paty cogió su bolso y se fueron muy contentas, caminando, porque el teatro estaba cerca. Tomarían un sándwich antes de entrar, después sería demasiado tarde para ir a cenar. ¿Todo bien, peque? ¿Los gemelos también? – Preguntó -  Si, mamá, todo perfecto.

Muy bien, vamos a tomar algo rápido, no tenemos mucho tiempo y la obra se lo merece. Pidieron y estaban charlando animadamente, pero la mente de Paty, sin querer, volvía a sus dudas y de vez en cuando miraba de reojo su teléfono. Su madre la miró a los ojos y le dijo: ¿cariño, quieres que hablemos? Sé que te pasa algo, noto que no estás bien, pero si no me lo explicas no podré ayudarte. El teatro no es importante, lo importante es que tú estés bien.

En ese momento el WhatsApp de Paty emitió un sonido y ella saltó de la silla. Perdóname un momento, mamá. Voy al baño, vuelvo enseguida ¿ok? Cogió el teléfono y salió disparada hacia el baño. Era James. Le decía muy cariñosamente que había sido un día agotador, con muchos problemas en el trabajo, pero que la amaba y la deseaba y que había estado en su pensamiento todo el día. Que quería agradecerle la velada tan intensa que habían pasado juntos y que no quería molestarla, porque ya sabía que iba al teatro con su madre, pero que necesitaba hablar con ella lo antes posible. ¿Podía ser al día siguiente?

Ella le respondió que ella también estaba deseando verle y que podían quedar mañana después del trabajo. Se enviaron besos y cortaron. Ella llegaba tarde y su madre la esperaba con cara de preocupación. Pero Paty volvía a estar radiante, sus ojos brillaban de nuevo, cogió a su madre de la mano y la hizo girar a su alrededor y le dijo que era muy feliz. Que tenían que salir ya si no querían llegar tarde al musical.

Pagaron y salieron corriendo como dos buenas amigas. Llegaron justo a tiempo, apagaban las luces en aquel momento. Cerró el móvil y se dispuso a disfrutar del espectáculo. Lo pasaron en grande, los pies de ambas se movían por debajo del asiento, al compás de la música. Volvieron a casa paseando tranquilamente, charlando animadas y comentando lo bien que lo habían pasado.

Acordaron que  quedarían otro día, más tranquilas, para hablar “largo y tendido” de la reciente relación de Paty con ese hombre, James, que le hacía volver a brillar los ojos de alegría y de ilusión, con ese brillo que su madre conocía tan bien, y que la hacía sonrojarse de nuevo como una adolescente….

Se despidieron cariñosamente, con un abrazo y un beso, cada una dirigiéndose a su casa porque ya era tarde y Paty tenía que ir a trabajar al día siguiente. Paty llegó en 5 minutos a su casa, era ya medianoche, pero estaba completamente desvelada. Cogió su móvil y vio que tenía un mensaje de whats. Era de James: Hola Paty, ¿qué tal el teatro, lo has pasado bien? Perdona si te molesto tan tarde, pero necesito hablar contigo lo antes posible. Es importante. ¿Puedes mañana a las 20 h? El mensaje era de hacía 5 minutos, así que todavía no estaría dormido. Decidida le llamó y él cogió el teléfono enseguida. Hola, mi amor – contestó James, de inmediato. Perdona mi insistencia ¿puedes mañana a las 20 h? Si, si – contestó ella, sorprendida por el tono de voz de James - no hay problema, pero ¿sucede algo? Pareces preocupado, ya me lo  ha parecido esta tarde cuando hablabas por teléfono…….

Si, cariño, estoy preocupado. Es un tema de trabajo, pero es importante y quiero comentártelo personalmente. Ahora estoy todavía intentando solucionar algunas cosas en el ordenador, tengo para un buen rato todavía, te quiero, nos vemos mañana entonces y te cuento todo. Estoy intentando solucionarlo, proponiendo alternativas. Mañana sabré la decisión final y así podré contarte todo con “pelos y señales” ¿ok? Tú no te preocupes, es un tema de trabajo. Besos, amor, que descanses.

Paty se quedó bastante sorprendida, por el tono tan escueto, tan serio y tan preocupado, pero respetó que James estaba todavía ocupado y se quedó bastante intrigada de que tuviera que hablar con ella de algo relacionado con su trabajo. Realmente habían hablado poco de sus respectivas ocupaciones, no habían tenido demasiado tiempo, ja ja


¡Bien, Paty, a descansar! – se dijo a sí misma. Estos días con tantas emociones hemos dormido poco – pensó - ayer nos dormimos y llegamos tarde al trabajo y esto no puede ser, además, voy a tener unas ojeras que no las voy a tapar ni con el mejor corrector del mundo. Así que se desmaquilló y en un santiamén se metió en la cama, pensando que la preocupación de James no era por su relación con ella, que acababa de decirle que la quería, y eso la había tranquilizado. Pensó que nada del trabajo de James podía afectar a su relación y que todo tenía solución en esta vida…..


3 comentarios:

  1. Uffff, se atormenta una vecina!

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  2. Parece que la cosa se complica, caray, con lo bien que iba todo!

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  3. A ver si al final "Don perfecto" no lo será tanto y tendrá una doble vida? Esperemos que no, las cosas van muy bien entre ellos....

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