Les despertó el móvil de Paty: eran las 9 h de la
mañana, su madre la llamaba preocupada porque la había llamado ayer por la
noche para invitarla hoy a ir al teatro, ya que le habían regalado unas
invitaciones y quería compartirlas con ella, pero no le había contestado. Y que
la había llamado al trabajo esta mañana y le habían dicho que no estaba y
entonces sí se había preocupado.
Gracias, mami, perdona – le dijo mientras se levantaba
de un salto – ayer cené en casa de una amiga, nos quedamos charlando hasta
tarde y me he quedado con ella a dormir porque no quería conducir. Por lo visto
no hemos puesto bien el despertador porque no ha sonado. Te llamo luego, iremos
al teatro, me hace muchísima ilusión, pero ahora voy corriendo a avisar al
trabajo que llego más tarde y voy para allá de inmediato, sabes que soy muy
puntual y estarán preocupados. Besos, mamá, hasta luego y gracias, me has
salvado la vida. No corras ahora – dijo su madre – avísales y ya llegarás
cuando puedas.
James ya salía de la ducha, se había levantado de la
cama de un salto, sobresaltado. Estaba allí de pie, con la toalla envuelta en
su cintura, tendiéndole un albornoz enorme para que pudiera ducharse también ella.
Paty le dio un ligero beso en los labios y se fue hacia la ducha, no sin llamar
primero a la oficina avisando que llegaba tarde por una avería en el coche, que
ya estaba solucionada y estaría allí en cuanto pudiera.
Cuando salió James ya estaba vestido y el café olía
por toda la casa. Paty se vistió deprisa. James también estaba hablando por
teléfono avisando al trabajo que llegaría un poco más tarde, que le había
surgido un imprevisto. Tenía el ceño fruncido, parecía contrariado, casi
enfadado. Estaba escuchando muy atentamente. ¿Es necesario que sea hoy? – dijo
- ¿es imprescindible?. Está bien, quedamos a les 11h. y hablamos de todo esto
con tranquilidad.
Parecía realmente preocupado y molesto. Paty había
salido del baño vistiéndose rápidamente y se estaba ya calzando sus sandalias
cuando se percató del tono de voz tan distinto de James. Nunca le había oído
hablar tan seriamente. ¿Todo bien, cielo? – se oyó decir, sorprendiéndose a sí
misma - ¿sucede algo, algún problema en el trabajo? No, no, pequeña, no te
preocupes, sólo es trabajo – contestó, intentando aparentar despreocupación.
Tomaron rápidamente el delicioso y cargado café que
había preparado James, como siempre sin azúcar, para despejarse mejor. Se
besaron largamente, acariciándose y abrazándose por un instante, sintiendo que
sus cuerpos se buscaban y se deseaban de nuevo. ¡Pero no tenían tiempo, ya
llegaban tarde! A ninguno de los dos les gustaba mentir ni poner excusas con el
trabajo. En ese sentido, los dos eran muy responsables, pero hoy realmente se
habían dormido exhaustos de tanto placer y sensualidad. El haberse explicado
sus sentimientos les había llevado a valorar mucho más lo que les unía.
¡Vamos, llegamos tarde, yo soy una persona muy
puntual – dijo Paty. Y yo – contestó James. ¡Vamos!. Él la llevó en su coche
hasta el aparcamiento donde tenía Paty el suyo y se despidieron, quedando en
llamarse más tarde. El día fue pasando. Paty estaba muy ocupada, pero de vez en
cuando miraba su móvil. James siempre le mandaba alguna frase cariñosa o
atrevida o divertida por WhatsApp, pero hoy nada de nada, eran ya casi la una
del mediodía y nada, era un poco extraño, pero no quiso preocuparse,
seguramente estaría muy ocupado. Siguió con su trabajo y a la hora de comer
tampoco tenía noticias de James.
Llamó a su madre para confirmar la hora para quedar
esa noche. Su madre, que la conocía muy bien, le preguntó enseguida si estaba
bien. Que la había notado nerviosa y que le parecía que le había dicho lo
primero que se le había pasado por la cabeza, que le había parecido que era un
excusa y que ella pensaba que estaba con el hombre del que le había hablado.
¡Dios mío, mamá, esto es increíble! – dijo Paty – con sus verdes ojos abiertos
como platos. No puedo creer que puedas leer en mí con tanta facilidad – se
lamentó.
Ya veo que he dado en el clavo, chica – dijo su
madre ¿No sabes que el diablo sabe más por viejo que por diablo? De acuerdo,
señora, me has “pillado” - dijo Paty,
realmente compungida, no le gustaba mentir a su madre, no tenía ninguna necesidad
de ello. Perdona – continuó - después te
cuento ¿ok?. No hace falta, cariño – dijo su madre, comprensiva. Ya vi cómo te
brillaban los ojos cuando hablabas de él la otra noche y creo que os habéis
vuelto a ver más veces, si no me equivoco.
No te equivocas, eres una “brujita” mamá – dijo
Paty. Si, pero buena, ja ja – respondió
su madre. Y recuerda que te he llevado 9 meses dentro de mí, y que esto une
mucho…. Pues sí, cierto – asintió Paty - a mi me pasa igual con los gemelos.
Siempre sé cuando me mienten, ja ja….Pues ahora ya me entiendes, pequeñaja dijo
su madre - aunque yo pensaba que contigo ya había superado esta faceta. No
pensaba que volverías a comportarte como una adolescente enamorada.
¡Basta, mamá – dijo Paty – me estás sonrojando! Si,
casi puedo verte, nena – dijo su madre - roja como un pimiento, ja ja ….. Te
dejo “bruja adivina” – dijo Paty – riendo disimuladamente, verdaderamente roja
como un tomate. Nos vemos después, ponte muy guapa, pero no más que yo, no me
hagas la competencia, ja ja.
Fue a comer algo ligero, una ensalada Caprese
deliciosa y siguió con su trabajo, A las 6 de la tarde volvió a mirar el móvil
y nada. Bueno, yo me voy a casa. Si cuando llegue no me ha dicho nada, le
llamaré yo. No soy de las que esperan sentadas al lado del teléfono esperando a
su galán.
Llegó a casa, se quitó los zapatos, dejó el bolso en
la mesa, tomó un zumo bien fresquito de la nevera y se sentó cómodamente en el
sofá, dispuesta a llamarle y bromear un poco con James, y también a coquetear con
él e incluso a “calentarle” un poco los oídos, ya que esta noche no podrían
verse porque ella había quedado con su madre para ir al teatro. Bebió el zumo de manzana, estaba fresquito y
delicioso. Cogió el teléfono y le llamó.
El teléfono sonó y sonó y nadie respondió a su
llamada. ¡Qué extraño! - pensó. James normalmente siempre llevaba el móvil
disponible, incluso si estaba conduciendo, lo cual era muy probable a esa hora.
Tenía el “manos libres”, por lo que podía responder sin problemas. ¡Pues bueno,
ya llamará cuando pueda! - pensó. Empezó a cambiarse para salir con su madre,
ja ja, eran muy competitivas, las dos tenían gustos similares y muchas veces,
sin haberlo comentado primero, coincidían en estilos y colores.
Le apetecía mucho ir al teatro con su madre, pero
estaba un poco intranquila por el silencio de James, sobre todo por el tono de
su voz cuando hablaba con alguien del trabajo. Después se dijo a sí misma que
era una exagerada, que él sabía perfectamente que ella había quedado para ir al
teatro con su madre y que por eso no se verían, por lo que la dejaba tranquila
que hiciera sus cosas……
Pero pensándolo bien, por otra parte, con más motivo
si sabía que no se verían, él seguramente le habría enviado algún mensaje para
estar en contacto por lo menos, especialmente después de todo lo que se habían
explicado el día anterior y después de haberse declarado mutuamente su amor…
Aunque ¿y si era esto precisamente lo que le pasaba?
¿Y si se arrepentía de lo que le había dicho? ¿Y si no había querido llegar tan
lejos declarándole su amor y ahora no sabía cómo volver atrás? Estaba empezando
a dudar ¿nos habremos precipitado, se habrá asustado y ahora no sabe cómo
rectificar?
Se estaba poniendo muy nerviosa. Estaba ensimismada
en sus pensamientos y de pronto el sonido del timbre de la puerta de su casa
sonó, dándole un susto que la hizo saltar de golpe del sofá. Sería su madre,
que venía a recogerla para ir al teatro, y todavía no había acabado de
vestirse. Oh ¿qué me pasa? Parezco una chiquilla asustada – se dijo, corriendo
a abrir la puerta.
Menos mal que antes de sentarse en el sofá ya había
preparado la ropa que había escogido encima de la cama. Se la puso rápidamente
mientras su madre subía en el ascensor, que por suerte era muuuuuy lento y para
cuando su madre llegó sólo le faltaba maquillarse los labios y perfumarse
ligeramente y… ¡lista!
¡Qué guapa estás mamá, me das envidia! – le dijo. Tu
también estás guapísima, de tal palo – dijo – tal astilla – terminó Paty.
Rieron las dos y se abrazaron. Paty cogió su bolso y se fueron muy contentas,
caminando, porque el teatro estaba cerca. Tomarían un sándwich antes de entrar,
después sería demasiado tarde para ir a cenar. ¿Todo bien, peque? ¿Los gemelos
también? – Preguntó - Si, mamá, todo
perfecto.
Muy bien, vamos a tomar algo rápido, no tenemos
mucho tiempo y la obra se lo merece. Pidieron y estaban charlando animadamente,
pero la mente de Paty, sin querer, volvía a sus dudas y de vez en cuando miraba
de reojo su teléfono. Su madre la miró a los ojos y le dijo: ¿cariño, quieres
que hablemos? Sé que te pasa algo, noto que no estás bien, pero si no me lo
explicas no podré ayudarte. El teatro no es importante, lo importante es que tú
estés bien.
En ese momento el WhatsApp de Paty emitió un sonido
y ella saltó de la silla. Perdóname un momento, mamá. Voy al baño, vuelvo
enseguida ¿ok? Cogió el teléfono y salió disparada hacia el baño. Era James. Le
decía muy cariñosamente que había sido un día agotador, con muchos problemas en
el trabajo, pero que la amaba y la deseaba y que había estado en su pensamiento
todo el día. Que quería agradecerle la velada tan intensa que habían pasado
juntos y que no quería molestarla, porque ya sabía que iba al teatro con su
madre, pero que necesitaba hablar con ella lo antes posible. ¿Podía ser al día
siguiente?
Ella le respondió que ella también estaba deseando
verle y que podían quedar mañana después del trabajo. Se enviaron besos y
cortaron. Ella llegaba tarde y su madre la esperaba con cara de preocupación.
Pero Paty volvía a estar radiante, sus ojos brillaban de nuevo, cogió a su
madre de la mano y la hizo girar a su alrededor y le dijo que era muy feliz.
Que tenían que salir ya si no querían llegar tarde al musical.
Pagaron y salieron corriendo como dos buenas amigas.
Llegaron justo a tiempo, apagaban las luces en aquel momento. Cerró el móvil y
se dispuso a disfrutar del espectáculo. Lo pasaron en grande, los pies de ambas
se movían por debajo del asiento, al compás de la música. Volvieron a casa
paseando tranquilamente, charlando animadas y comentando lo bien que lo habían
pasado.
Acordaron que
quedarían otro día, más tranquilas, para hablar “largo y tendido” de la
reciente relación de Paty con ese hombre, James, que le hacía volver a brillar
los ojos de alegría y de ilusión, con ese brillo que su madre conocía tan bien,
y que la hacía sonrojarse de nuevo como una adolescente….
Se despidieron cariñosamente, con un abrazo y un
beso, cada una dirigiéndose a su casa porque ya era tarde y Paty tenía que ir a
trabajar al día siguiente. Paty llegó en 5 minutos a su casa, era ya
medianoche, pero estaba completamente desvelada. Cogió su móvil y vio que tenía
un mensaje de whats. Era de James: Hola Paty, ¿qué tal el teatro, lo has pasado
bien? Perdona si te molesto tan tarde, pero necesito hablar contigo lo antes
posible. Es importante. ¿Puedes mañana a las 20 h? El mensaje era de hacía 5
minutos, así que todavía no estaría dormido. Decidida le llamó y él cogió el
teléfono enseguida. Hola, mi amor – contestó James, de inmediato. Perdona mi
insistencia ¿puedes mañana a las 20 h? Si, si – contestó ella, sorprendida por
el tono de voz de James - no hay problema, pero ¿sucede algo? Pareces preocupado,
ya me lo ha parecido esta tarde cuando
hablabas por teléfono…….
Si, cariño, estoy preocupado. Es un tema de trabajo,
pero es importante y quiero comentártelo personalmente. Ahora estoy todavía
intentando solucionar algunas cosas en el ordenador, tengo para un buen rato
todavía, te quiero, nos vemos mañana entonces y te cuento todo. Estoy
intentando solucionarlo, proponiendo alternativas. Mañana sabré la decisión
final y así podré contarte todo con “pelos y señales” ¿ok? Tú no te preocupes,
es un tema de trabajo. Besos, amor, que descanses.
Paty se quedó bastante sorprendida, por el tono tan
escueto, tan serio y tan preocupado, pero respetó que James estaba todavía
ocupado y se quedó bastante intrigada de que tuviera que hablar con ella de
algo relacionado con su trabajo. Realmente habían hablado poco de sus
respectivas ocupaciones, no habían tenido demasiado tiempo, ja ja
¡Bien, Paty, a descansar! – se dijo a sí misma.
Estos días con tantas emociones hemos dormido poco – pensó - ayer nos dormimos y
llegamos tarde al trabajo y esto no puede ser, además, voy a tener unas ojeras
que no las voy a tapar ni con el mejor corrector del mundo. Así que se
desmaquilló y en un santiamén se metió en la cama, pensando que la preocupación
de James no era por su relación con ella, que acababa de decirle que la quería,
y eso la había tranquilizado. Pensó que nada del trabajo de James podía afectar
a su relación y que todo tenía solución en esta vida…..
Uffff, se atormenta una vecina!
ResponderEliminarParece que la cosa se complica, caray, con lo bien que iba todo!
ResponderEliminarA ver si al final "Don perfecto" no lo será tanto y tendrá una doble vida? Esperemos que no, las cosas van muy bien entre ellos....
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