jueves, 16 de enero de 2014

CAPITULO 24: BYE BYE HONEY


Despiertan por la mañana como si un tornado hubiera pasado por encima de sus cabezas y hubiera arrasado con toda la habitación.
Silvia y Luke se lo habían pasado en grande toda la noche, pero claro, ahora tocaba levantarse y eso ya era otro cantar.
Se dieron un abrazo y antes de enredarse en un polvo matutino Silvia le recordó a Luke:

- Hoy es Noche Buena! Tenemos doble turno!!
- Ostras!!! No tenemos mucho tiempo ….

Silvia se levanta rápidamente y entra en el baño. Abre el grifo de la ducha y se mete dentro. Luke se levanta y entra detrás de ella.
El agua está muy caliente, todo se empaña rápidamente por el calor y el vapor en el aire. La piel de Silvia arde y las manos de Luke, que acaba de entrar, están frías en comparación. Silvia se asusta cuando siente unas manos posarse en su cintura y su piel se eriza con el contacto. Un primer beso, tierno y dulce llega a sus labios.

Luke acaricia el cuerpo de Silvia, empieza por la cintura para luego con una mano coger uno de sus pechos mientras con la otra la aprieta contra su cuerpo. Silvia se excita automáticamente, el sexo en la ducha le encanta, y el cuerpo de Luke, no sólo es increíblemente sexy, sino que con el efecto deslizante del agua y el jabón se torna aun más sensual.

Los dos se pegan el uno contra el otro y se besan apasionadamente, necesitan sexo urgentemente otra vez. Necesitan poseerse, necesitan usarse mutuamente para darse placer. Se frotan el uno al otro y se enjabonan el cuerpo y el pelo. Se besan más y más y luego sus manos buscan sus respectivos sexos para darse más placer.

Luke le da la vuelta a Silvia y aprieta su pene contra su culo. Silvia apoya las manos en la pared mientras recibe el chorro de agua ardiendo de la ducha encima de su cabeza y sus hombro.
- No tengo más preservativos – dice Luke.
- Yo tampoco – dice Silvia.
- ¿Qué quieres hacer tu? – pregunta Luke.
- Puedes creo que tengo aceite por aquí, así que podemos probar algo nuevo. ¿Te gusta hacerlo por detrás?
- Sí, me gusta – contesta él.
- Pues a mí también me gusta …

Silvia le acerca el bote de aceite hidratante y Luke empapa su pene con él. Da un ligero masaje muy suavemente y sin apretar en el ano de Silvia que poco a poco se relaja. Luke está detrás de ella y coloca su pene en la entrada. Suavemente empuja, muy lentamente, empieza a entrar, y Silvia se toca ella misma en el clítoris para ayudar a mantener la excitación y relajar su ano. El pene de Luke está muy duro, y ya ha entrado gran parte de su longitud. Se mueve rítmicamente, con lentitud y Silvia empieza a sentir mucho placer. La excitación es butal, sus cuerpos encajan perfectamente.
- Me voy a correr ahora - dice ella - recibiendo los primeros espasmos de un orgasmo un tanto diferente.
- Yo también – dice Luke – que siente un volcán explotar al momento en que el ano de Silvia se contrae debido a su orgasmo.
Se mueven durante unos segundos más disfrutando de esa sensación. Se acarician, se besan de nuevo, enroscando sus lenguas mutuamente sin cesar.
- Me encanta estar contigo – dice Luke.
- Sí, nos entendemos muy bien – responde Silvia, pero ahora nos tenemos que ir.
Por supuesto Silvia tiene razón, es una mujer organizada y la puntualidad es una de sus obsesiones.
Se visten, y Luke, con su camisa abierta se siente ridículo, pero Silvia le cierra el abrigo hasta el cuello y le pone una bufanda y no se nota nada.
- Esta noche vengo a dormir a tu casa – dice Eva-  ¿Quieres que me lleve algo especial?
- Mmmmm … traéte lencería negra. Me encanta – contesta él.

Los dos ponen rumbo al centro comercial. Van de la mano y se sienten tan bien que ya no piensan en si alguien les puede ver.
Van caminando, felices hacia el trabajo y no se dan cuenta de que Lindsey y Susan han parecido detrás de ellos. Ellas no dicen nada, les observan a cierta distancia. Silvia y Luke parecen enamorados, compenetrados, caminan ausentes al mundo hasta llegar al centro comercial.

Entran en el vestuario y al no ver a nadie se besan por última vez antes de empezar el trabajo. En ese momento entran las chicas y les pillan.
- Buenos días – dice Lindsey riendo.
- Jijij, Buenos días - responde Silvia.
No hacen ningún comentario, se cambian y ellos también, supongo que se alegra de que no pregunten ahora.
Los chicos llegan y se cambian, Luke sale del vestuario el primero y las chicas la miran sonrientes y con los ojos abiertos como platos como preguntando: ¿Qué ha pasado? ¿Cuéntanoslo todo!!!

Silvia sonríe y levanta sus hombros … les guiña un ojo y se va hacia el hall.
Entonces ve a Luke con su móvil en la mano y con cara de preocupado.
Se acerca a él por detrás y pregunta:
- ¿Qué pasa?
- Christine viene ahora a traerme las llaves del piso - contesta Luke.
A Silvia el comentario le revuelve el estómago. Tendrá que verla otra vez. Y si la ve … ¿será capaz de no cogerla por el pescuezo?...

Empiezan a trabajar. El centro comercial esta lleno a rebosar. Todo el mundo está haciendo sus últimas compras y los niños quieren entregar sus cartas y pedirle una foto a Santa Claus. Parece que media ciudad este ahí dentro… Silvia, Luke y todo el equipo no dan abasto.

Al cabo de dos horas aparece Christine.
Ella se pone de pie, con mirada desafiante, delante de Santa Claus, casi frente a mi. Me mira fijamente, yluego me mira de arriba a bajo. Yo me quedo de piedra:
- Ésta tía va a montar un pollo!!! – pienso.

Pero ella gira su mirada buscando a Luke. Él sale por el lateral del escenario y le hace señas para que se acerque a él. Ahora están en un rincón, y no sólo yo tengo mi mirada fija en lo que ocurre entre ellos, sino que Lindsey, Susan y Amanda (a la que ya han puesto al día) está concentradas en ello también.

Luke saluda a Christine con un beso en la mejilla. Ella parece triste aunque por otro lado parece sobretodo enfadada.

Silvia no puede oír lo que dicen, hay demasiada gente, pero al cabo de un par de minutos (que se hacen eternos), ella saca algo de su bolso y Luke alarga su mano. Son las llaves. Ella se las entrega, me mira con cara de odio, yo no puedo reaccionar, pero me da a entender que me está nombrando “vencedora” de este duelo que yo nunca quise tener. Yo pensaba que él estaba completamente libre.

Christine se da la vuelta y sale del centro comercial cargada con algunas bolsas y sin mirar atrás.
- Bye Bye honey - piensa Silvia.
Luke mira a Silvia y sonríe. Le guiña un ojo y le saca la lengua. Parece contento. 
Todos los compañeros les miran. Silvia diría algo, pero es mejor que Luke hable cuando le apetezca acerca de su relación, ahora no es el mejor momento..





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