Despiertan
por la mañana como si un tornado hubiera pasado por encima de sus cabezas y
hubiera arrasado con toda la habitación.
Silvia y Luke
se lo habían pasado en grande toda la noche, pero claro, ahora tocaba
levantarse y eso ya era otro cantar.
Se dieron un
abrazo y antes de enredarse en un polvo matutino Silvia le recordó a Luke:
- Hoy es
Noche Buena! Tenemos doble turno!!
- Ostras!!!
No tenemos mucho tiempo ….
Silvia se
levanta rápidamente y entra en el baño. Abre el grifo de la ducha y se mete
dentro. Luke se levanta y entra detrás de ella.
El agua está
muy caliente, todo se empaña rápidamente por el calor y el vapor en el aire. La
piel de Silvia arde y las manos de Luke, que acaba de entrar, están frías en
comparación. Silvia se asusta cuando siente unas manos posarse en su cintura y
su piel se eriza con el contacto. Un primer beso, tierno y dulce llega a sus labios.
Luke acaricia
el cuerpo de Silvia, empieza por la cintura para luego con una mano coger uno
de sus pechos mientras con la otra la aprieta contra su cuerpo. Silvia se
excita automáticamente, el sexo en la ducha le encanta, y el cuerpo de Luke, no
sólo es increíblemente sexy, sino que con el efecto deslizante del agua y el
jabón se torna aun más sensual.
Los dos se
pegan el uno contra el otro y se besan apasionadamente, necesitan sexo urgentemente otra vez. Necesitan poseerse, necesitan usarse mutuamente para darse placer. Se frotan el uno al
otro y se enjabonan el cuerpo y el pelo. Se besan más y más y luego sus manos
buscan sus respectivos sexos para darse más placer.
Luke le da la
vuelta a Silvia y aprieta su pene contra su culo. Silvia apoya las manos en la
pared mientras recibe el chorro de agua ardiendo de la ducha encima de su cabeza
y sus hombro.
- No tengo
más preservativos – dice Luke.
- Yo tampoco
– dice Silvia.
- ¿Qué
quieres hacer tu? – pregunta Luke.
- Puedes creo
que tengo aceite por aquí, así que podemos probar algo nuevo. ¿Te gusta hacerlo
por detrás?
- Sí, me
gusta – contesta él.
- Pues a mí
también me gusta …
Silvia le
acerca el bote de aceite hidratante y Luke empapa su pene con él. Da un ligero masaje
muy suavemente y sin apretar en el ano de Silvia que poco a poco se relaja.
Luke está detrás de ella y coloca su pene en la entrada. Suavemente empuja, muy
lentamente, empieza a entrar, y Silvia se toca ella misma en el clítoris para
ayudar a mantener la excitación y relajar su ano. El pene de Luke está muy
duro, y ya ha entrado gran parte de su longitud. Se mueve rítmicamente, con
lentitud y Silvia empieza a sentir mucho placer. La excitación es butal, sus
cuerpos encajan perfectamente.
- Me voy a
correr ahora - dice ella - recibiendo los primeros espasmos de un orgasmo un
tanto diferente.
- Yo también
– dice Luke – que siente un volcán explotar al momento en que el ano de Silvia
se contrae debido a su orgasmo.
Se mueven
durante unos segundos más disfrutando de esa sensación. Se acarician, se besan
de nuevo, enroscando sus lenguas mutuamente sin cesar.
- Me encanta
estar contigo – dice Luke.
- Sí, nos
entendemos muy bien – responde Silvia, pero ahora nos tenemos que ir.
Por supuesto
Silvia tiene razón, es una mujer organizada y la puntualidad es una de sus
obsesiones.
Se visten, y
Luke, con su camisa abierta se siente ridículo, pero Silvia le cierra el abrigo
hasta el cuello y le pone una bufanda y no se nota nada.
- Esta noche
vengo a dormir a tu casa – dice Eva-
¿Quieres que me lleve algo especial?
- Mmmmm …
traéte lencería negra. Me encanta – contesta él.
Los dos ponen
rumbo al centro comercial. Van de la mano y se sienten tan bien que ya no
piensan en si alguien les puede ver.
Van
caminando, felices hacia el trabajo y no se dan cuenta de que Lindsey y Susan
han parecido detrás de ellos. Ellas no dicen nada, les observan a cierta
distancia. Silvia y Luke parecen enamorados, compenetrados, caminan ausentes al
mundo hasta llegar al centro comercial.
Entran en el
vestuario y al no ver a nadie se besan por última vez antes de empezar el
trabajo. En ese momento entran las chicas y les pillan.
- Buenos días
– dice Lindsey riendo.
- Jijij,
Buenos días - responde Silvia.
No hacen
ningún comentario, se cambian y ellos también, supongo que se alegra de que no
pregunten ahora.
Los chicos
llegan y se cambian, Luke sale del vestuario el primero y las chicas la miran
sonrientes y con los ojos abiertos como platos como preguntando: ¿Qué ha
pasado? ¿Cuéntanoslo todo!!!
Silvia sonríe
y levanta sus hombros … les guiña un ojo y se va hacia el hall.
Entonces ve a
Luke con su móvil en la mano y con cara de preocupado.
Se acerca a
él por detrás y pregunta:
- ¿Qué pasa?
- Christine viene ahora a traerme las llaves del piso - contesta Luke.
A Silvia el
comentario le revuelve el estómago. Tendrá que verla otra vez. Y si la ve …
¿será capaz de no cogerla por el pescuezo?...
Empiezan a
trabajar. El centro comercial esta lleno a rebosar. Todo el mundo está haciendo
sus últimas compras y los niños quieren entregar sus cartas y pedirle una foto
a Santa Claus. Parece que media ciudad este ahí dentro… Silvia, Luke y todo el
equipo no dan abasto.
Al cabo de
dos horas aparece Christine.
Ella se pone de
pie, con mirada desafiante, delante de Santa Claus, casi frente a mi. Me mira
fijamente, yluego me mira de arriba a bajo. Yo me quedo de piedra:
- Ésta tía va
a montar un pollo!!! – pienso.
Pero ella
gira su mirada buscando a Luke. Él sale por el lateral del escenario y le hace
señas para que se acerque a él. Ahora están en un rincón, y no sólo yo tengo mi
mirada fija en lo que ocurre entre ellos, sino que Lindsey, Susan y Amanda (a
la que ya han puesto al día) está concentradas en ello también.
Luke saluda a
Christine con un beso en la mejilla. Ella parece triste aunque por otro lado
parece sobretodo enfadada.
Silvia no
puede oír lo que dicen, hay demasiada gente, pero al cabo de un par de minutos (que
se hacen eternos), ella saca algo de su bolso y Luke alarga su mano. Son las
llaves. Ella se las entrega, me mira con cara de odio, yo no puedo reaccionar,
pero me da a entender que me está nombrando “vencedora” de este duelo que yo
nunca quise tener. Yo pensaba que él estaba completamente libre.
Christine se
da la vuelta y sale del centro comercial cargada con algunas bolsas y sin mirar
atrás.
- Bye Bye honey - piensa Silvia.
Luke mira a Silvia y sonríe. Le guiña un ojo y le saca la lengua. Parece contento.
Todos los compañeros les miran. Silvia diría algo, pero es mejor que Luke hable cuando le apetezca acerca de su relación, ahora no es el mejor momento..
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