Mientras bajaban por el ascensor, sin que ninguno de
los dos dijera nada, se tomaron de las manos. Ninguno sabía quién lo había
hecho primero, el caso era que sus manos se habían buscado mutuamente.
Fueron a bañarse, el océano estaba muy agitado y el
agua estaba bastante fría. Entraron saltando como dos adolescentes, pero pronto
ella vio que el agua estaba verdaderamente agitada y quiso nadar cerca de la
orilla. No quiso ir muy adentro. Le
explicó a James que no tenía problemas con el agua, que sabía nadar, pero que
para hacerlo le gustaba más la piscina, donde el agua estaba controlada, porque
en el océano la corriente te podía jugar una mala pasada.
Había tenido una muy mala experiencia con su padre,
que estuvo a punto de ahogarse una vez que la resaca le arrastró mar adentro y
pudo salir porque alguien le vio y le pudo sacar a tiempo. El no tenía
problemas con el mar, pero quería estar con ella, abrazarla, sentirla pequeña y
frágil en sus brazos, y se quedó allí, a su lado, saltando juntos cuando
llegaban las olas, divirtiéndose como hacía tiempo que ninguno de los dos lo hacía.
Se sentían como dos adolescentes. De pronto vino una
ola más grande que las otras, él la cogió en brazos levantándola por encima de
la ola y dejando que ésta le cubriera totalmente a él, riendo los dos. Cuando
él salió del agua, vio los pechos de ella delante de sus ojos: ¡la fuerza del
agua había desabrochado la parte superior del bikini y tenía sus pezones,
erguidos ante él!
Rápidamente dio una mirada a su alrededor, estaban
solos, todos se habían ido ya a comer, y entonces, sin previo aviso y sin pedirle
permiso, puso delicadamente sus manos sobre sus pechos, y se hundió bajo el
agua para morderle suavemente los pezones…..
Ella se hundió también con él y sus bocas se
unieron, besándose bajo el agua, hasta que no pudieron más y tuvieron que salir
para respirar ….. la risa les había hecho tragar agua, ¡ohhhh, qué salada
estaba!. Riendo y tosiendo salieron tiritando de frío los dos, ella poniendo el
sujetador en su sitio, mirando alrededor por si había alguien cerca. Pero
estaban solos.
No es que le importara enseñar los pechos,
normalmente iba en “top less” cuando iba de vacaciones a la Costa Brava o a las
Islas Baleares o Canarias, pero en el Norte no era tan usual y menos un día
como hoy, en el que había poca gente porque estaba un poco nublado. Además
había sido un “accidente imprevisto”, por eso estaba un poco incómoda.
Paty estaba temblando y él la cubrió de inmediato
con una de las enormes toallas playeras que habían traído en la cesta,
frotándola vigorosamente para que entrara en calor. Después se cubrió también
él, que también tenía frío, se vistieron y fueron corriendo a picar algo, pues
con el desayuno que habían hecho no tenían hambre como para una comida “formal”
así que tomaron unos montaditos y unas tapas en el casco antiguo.
Mientras comían, de pronto ella empezó a reír, no
podía parar. El se la quedó mirando sorprendido, divertido, sin saber la causa
de su risa. Pero estaba tan hermosa, sus ojos verdes brillaban tanto, que tuvo
que contenerse para no tomarla de nuevo en sus brazos y empezar a besarla, en
los ojos, en la cara, en los labios, en el cuello…… uuuffff! Hizo un esfuerzo,
contemplándola risueño, esperando a que ella pudiera hablar.
Ella reía y reía y al final él acabó riendo, aunque
se sentía tonto de no saber porqué. Ella se sentía ridícula, pero por fin pudo
hablar. Se estaba acordando de cuando él la había levantado en brazos,
haciéndola pasar por encima de la ola, toda estirada y le explicó que le había
recordado una escena de una de sus pelis favoritas: “Dirty Dancing”.
Él rió también, diciéndole que la había visto por lo
menos 3 veces, que como le gustaba tanto bailar y en esa película había escenas
muy buenas de baile, incluso había intentado hacer algunos de los pasos. Pero
ninguna de las parejas que había tenido eran muy “bailongas”, así que quedaron
en verla juntos y después intentar practicar a ver lo que salía. Charlaron y
charlaron, riendo los dos, cogidos de la mano, dándose ligeros besos en los
labios. Después recordaron cuando la ola casi se lleva la parte superior del
bikini y volvieron a reír con ganas. Realmente estaban bien juntos y las horas
les pasaban sin apenas darse cuenta.
Fueron paseando hasta su casa. Paty le dijo que
podía ducharse y James contestó “primero las damas, por supuesto”. Ella se fue
directa al baño. Tenía una bañera larga, en la que a veces se daba baños con
sales perfumadas, pero no quería hacerle esperar y se dirigió a la ducha. Ohhh,
qué placer, tenía la piel un poco seca de la sal del mar y el agua caliente y
el suave gel le hicieron sentir un intenso placer.
De pronto oyó música. James había conectado su Ipod.
Prestó atención, para saber qué música habría puesto: SADE ¡genial, le
encantaba! Escuchó unos suaves golpecitos en la puerta y James preguntó
discretamente si podía pasar. Ella se quedó un momento dudando, ¡la mampara de
la ducha era totalmente transparente! Pero después pensó - con lo que ha pasado
entre nosotros ¿ahora voy a tener reparos en que me vea desnuda?
Pasa – le dijo. James sólo tenía el bañador puesto.
La contempló en la ducha, llena de jabón y ella sintió que otra vez se
ruborizaba. Él le pidió si podía ducharse con ella. Paty empezó a balbucear:
¡pero mi plato de ducha es muy pequeño y tu eres muy grande …..¡, No había
terminado de hablar que él rápidamente se había quitado el bañador y se había
metido dentro con ella. Realmente el espacio era reducido ya para James solo,
pero los dos, era imposible no rozarse …… no tocarse …… uuuuuuuuffffffff!
James se puso bajo el agua caliente con placer,
también tenía la piel seca del salitre. La besó muy suavemente y ella respondió
a su beso. Ella estaba llena de gel y él le pidió si quería enjabonarle la
espalda. Ella cogió el gel y empezó a darle jabón por todo el cuerpo, pero
evitando su sexo, para que no se sintiera “obligado”. Estaba más que satisfecha
del sexo que habían tenido, no quería que
James pensara que todavía quería más, seguramente estaría agotado.
Yo también he visto Dirty Dancing, varias veces, y he soñado que un pedazo de hombretón me levantaba sobre el agua y, uuuufffff, y ahora esto de la ducha promete, estoy deseando ver cómo continua, seguro que se lo montarán de nuevo, estoy verde de envidia
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