domingo, 6 de abril de 2014

CAPITULO 33: LA HORA DE LA VERDAD

Silvia se ducha rápidamente y se viste de manera informal. Coge un bolso grande de color violeta y escribe su nombre por dentro bien grande, luego firma al lado de su nombre. Coge un par de sobres en blanco y los mete en el bolso, los rellena con post-its verde para que tengan un poco de consistencia. Mira la hora y calcula que debería salir ya. Respira hondo, está un poco asustada, pero se siente también excitada por la situación: “agente especial Silvia” ; se siente como una Ángel de Charlie, y el agente Smith es su mentor… mmmmm .
 Silvia camina hacia el cajero más cercano y actúa tal y como se lo han especificado. Lo hace a la perfección y aunque no ve al policía de paisano que le han dicho que la acompañaría en el trayecto, nota la presencia de alguien en algún sitio que está pendiente de sus movimientos, se siente protegida.
Sigue su camino, caminando a velocidad constante, y se para en el segundo cajero llevando a cabo exactamente la misma operación, es decir, fingiendo con toda profesionalidad cada gesto para dar credibilidad a la estrategia confeccionada por la policía.
Continua andando, ya está a punto de llegar al cruce dónde debe realizar el intercambio con el chantajista. Mira su reloj y faltan 5 minutos.  Va perfecta de tiempo.

No puede evitar mirar a su alrededor buscando la mirada cómplice del teniente Smith, pero se reprime a sí misma, no puede dar ningún tipo de señal que pudiera delatar la presencia de la policía ante los ojos del bastardo cabrón que les está chantajeando.
Al final de la calle se divisa la oficina de correos y se dirige hacia ella lentamente y sujetando bien su bolso.
Se apoya en la pared tal y como el teniente Smith la ha instruido, y respira hondo de nuevo: Ha llegado la hora de la verdad.
 Silvia mira su reloj, falta 1 minuto para las 21h. Su corazón late estrepitosamente, tiene miedo de que sus latidos estén provocando molestias en los oídos del teniente Smith. Se siente nerviosa y asustada, pero también cachonda…. ¿ Qué será que le gusta tanto de ese hombre… será su masculinidad, será su uniforme, será la sensación de protección que le proporciona ? …. Es un hombre muy maduro, seguramente le dobla la edad, eso le produce curiosidad y morbo …. Definitivamente Luke está buenísimo pero el teniente le da mcuho “morbo”.

Silvia está perdida en esos pensamientos extraños cuando escucha una voz proveniente del otro lado de la esquina donde ella está apoyada.
- Tienes el dinero?
- Perdón? – dice Silvia asustada  porque estaba totalmente ausente y sumergida en sus pensamientos.
- Que si has traído los 10.000$.
- Sí, sí – dice Silvia dándose la vuelta para ver la cara del chantajista. Has traído las grabaciones?
- Sí claro, pero antes las he visto un para de veces más …. No tienen desperdicio.
- Eres un cerdo hijo de puta. Espero que ….
- No te enfades, tienes una cara y un cuerpo muy bonitos, podrías dedicarte a vender videos tu misma, tendrías muchos clientes.
- Dame las cintas, no quiero escucharte ni un segundo más.
- Dónde está la pasta?
- En mi bolso.
- Dámelo.
-  Cómo se que no has hecho copias de las grabaciones?
- Un trato es un trato Silvia y no quiero perjudicaros, solo quiero dinero. Me lo habéis puesto muy fácil, pero no voy a pediros más, tenéis que aprender a ser más cuidadosos.
- No me des lecciones de conducta, como te atreves! A la de 3 cambiamos, pero si me estás entiendo te juro por dios que te buscare y te cortaré las pelotas sin dudarlo ni un segundo.
- Vamos a terminar esto de una vez, 1, 2, y 3 – dice el vigilante.

Silvia acerca su bolso al vigilante mientras sujeta firmemente las asas con sus dos manos. El vigilante saca un paquete envuelto en una bolsa de papel de Burger King y se lo entrega. Entonces Silvia suelta el bolso mirándole a los ojos, y antes de que puedan moverse, se escucha detrás de ellos:

- Levanta las manos no te muevas, quedas detenido. Tienes derecho a permanecer en silencio, todo lo que digas podrá ser utilizado …..

El agente Smith va armado …. Mmmmm, nuevos pensamientos eróticos emergen de la mente cada vez más tórrida de Silvia….
El teniente Smith Empuja al vigilante hacia la pared clavando su cara contra el muro. Mientras guarda su pistola rápidamente el la parte trasera de su pantalón, bloquea los brazos del vigilante esposándole ambas manos por detrás de su espalda con una amplia y sexy sonrisa dibujándose en sus labios. Es la primera vez que Silvia le ve sonreír … y le gusta…

- Silvia, súbete al coche del agente Callaghan y vete a comisaria con él. Nosotros nos encargamos de esto a partir de ahora.
- De acuerdo – dice Silvia sintiendo sus piernas temblar – gracias.
- Hasta luego, lo has hecho muy bien – le dice mientras le guiña un ojo.

Silvia busca al agente Callaghan y se mete en el coche con él.
Éste la felicita por su actuación dándole un golpecito en el hombre que casi la desmonta. Silvia se siente muy orgullosa de sí misma, quizás debería dedicarse a esto de resolver casos, le ha encantado ser parte de la policía por un día, es excitante y nuevo, se siente sexy y fuerte como una Angel de Charlie.

Está radiante, emocionada, alegre, impresionada. Se reúnen en ella al mismo tiempo tantas emociones juntas por haber conseguido llevar a cabo el plan y demostrar a todos que ellos no son “los malos de la película”, que siente que está flotando. 
Ahora quiere contárselo todo a Luke, estará contento de saber lo que ha ocurrido!!!! Y tal y como le prometió el agente Smith, quizás podrán dormir juntos esta noche, aunque sea en el calabozo.
Se muere de ganas de verle, tocarle, besarle, morderle, y desahogarse de tanto susto antes de ir mañana temprano a ver al Sr McCarthy de Recursos Humanos.
Pero, y el teniente Smith…. tendrá que pensar en ello también...



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